Así afecta la radiación liberada al cuerpo humano

Colaboración con RTVE:

RTVELa trágica cadena de sucesos que comenzó con un terremoto de enorme magnitud, al que prosiguió un tsunami que devastó parte de la zona norte de Japón y que, a su vez, averió los sistemas de refrigeración de los reactores de la central nuclear de Fukushima, se ha saldado con miles de víctimas y desaparecidos y una crisis nuclear: las recientes explosiones en los reactores de la central nuclear de Fukushima han provocado la liberación de radiación a la atmósfera.

Mientras las autoridades niponas recomiendan medidas para protegerse frente a la radiación, la población mundial y especialmente la japonesa se pregunta qué consecuencias podría tener para la salud la exposición ante la radiación liberada.

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13 comentarios sobre «Así afecta la radiación liberada al cuerpo humano»

  1. Felicidades por el artículo. Ojalá ocurra con más frecuencia que los medios de comunicación generalistas recurran a divulgadores competentes para explicar cuestiones relacionadas con la seguridad pública, en lugar de explotar el miedo y extender la alarma aprovechándose de la ignorancia del público.

    Ahora, algunos dudas y observaciones. Corregidme si estoy equivocado.

    La idea que yo tengo sobre los agentes cancerígenos (sean productos químicos o radiación) es que el agente produce un daño que puede o no puede desembocar en un cáncer. O sea, a mayor exposición mayores probabilidades. Así que lo que se dice en el artículo de que

    «Si la dosis de radiación es pequeña, las células (por sí mismas) son capaces de reparar el daño causado o de reemplazar las células muertas como consecuencia de la radiación. Pero si la dosis es elevada, se produce la destrucción de un gran número de células y/o la inducción de cánceres como consecuencia de daños irreversibles en el ADN (mutaciones) que no han podido ser reparados.»

    no es exacto. Puedes adquirir un cáncer debido a un nivel de radiación mínimo porque has tenido la mala suerte de que una única mutación del ADN no ha sido reparada con éxito. Cuando el nivel es alto, acabas adquiriendo el cáncer porque has comprado un montón de boletos de la rifa, no porque hayas sobrepasado el «límite» a partir del cual las células ya no pueden repararse (apuesto a que si sobrepasas ese «límite» la célula muere, sin más).

    El artículo puede inducir a pensar que la radiotoxemia se debe al efecto de la radiación sobre el ADN. Esto no es necesariamente así. Además, la radiación puede producir daños en el ADN de forma indirecta, rompiendo enlaces en otras moléculas presentes en la célula cuyos restos acaban afectando al ADN.

    Una pequeña precisión:

    «Así, por ejemplo, el principal material radiactivo presente en la central de Fukushima es el uranio (uno de ellos posee también plutonio). Cuando este elemento se desintegra libera una potente radiación (energía) y se forman cesio y yodo radiactivos que, a su vez, se descomponen en otros elementos, perdiendo progresivamente su capacidad radiactiva. »

    Esto no es correcto. La capacidad radiactiva de una muestra puede aumentar a medida que se va transmutando. Al final termina siendo un agregado de isótopos más o menos estables, que no se pueden considerar «radiactivos» en el sentido de la salud humana, pero los productos intermedios pueden ser mucho más peligrosos que los elementos originales, por diversas razones (energía y tipo de la radiación producida, facilidad para dispersarse en el medio ambiente, etc)

    Por último, recomendarte que, si puedes, retires el enlaze al artículo de http://www.historiasdelaciencia.com. Es extremadamente pobre.

    Un cordial saludo.

    1. Hola trurl

      Muchas gracias por tus críticas constructivas.

      «La idea que yo tengo sobre los agentes cancerígenos (sean productos químicos o radiación) es que el agente produce un daño que puede o no puede desembocar en un cáncer. O sea, a mayor exposición mayores probabilidades.»

      Efectivamente, así es. El párrafo que señalas puede inducir a error, aunque más tarde comento concretamente que la inducción del cáncer por radiación es un fenómeno probabilístico.

      » Puedes adquirir un cáncer debido a un nivel de radiación mínimo porque has tenido la mala suerte de que una única mutación del ADN no ha sido reparada con éxito. Cuando el nivel es alto, acabas adquiriendo el cáncer porque has comprado un montón de boletos de la rifa, no porque hayas sobrepasado el «límite» a partir del cual las células ya no pueden repararse (apuesto a que si sobrepasas ese «límite» la célula muere, sin más).»

      En realidad, la cosa no es tan sencilla. No basta con una única mutación para se produzca cáncer, deben haber múltiples mutaciones para que se produzca (en general, de 4 a 6 mutaciones como mínimo y en áreas especialmente críticas del ADN). Por otro lado, más importante que el número de mutaciones es la localización y puedes tener muchas mutaciones en una célula que si están en zonas poco importantes del ADN, ésta ni se entera. Evidentemente no existe ningún límite, es todo cuestión de azar. Por otro lado, no sólo depende de la capacidad de reparación de la célula para evitar el cáncer, sino también del sistema inmune para que detecte el cáncer en su fase más inicial y lo elimine.

      «La capacidad radiactiva de una muestra puede aumentar a medida que se va transmutando. Al final termina siendo un agregado de isótopos más o menos estables, que no se pueden considerar «radiactivos» en el sentido de la salud humana, pero los productos intermedios pueden ser mucho más peligrosos que los elementos originales, por diversas razones (energía y tipo de la radiación producida, facilidad para dispersarse en el medio ambiente, etc)».

      Cierto, puede ocurrir con algunos isótopos radiactivos, pero en concreto con los que comento (cesio y yodo) los que dan lugar son menos radiactivos. Por otro lado, la tendencia general (salvo excepciones de isótopos más radiactivos que comentas) es que conforme exista desintegración haya cada vez menos radiactividad.

      «Por último, recomendarte que, si puedes, retires el enlaze al artículo de http://www.historiasdelaciencia.com

      Soy consciente de que tiene algún que otro error, pero creo que el artículo general puede ser muy ilustrativo para que las personas conozcan un poco más sobre la radiactividad, ¿podrías justificármelo?

      1. El artículo de historiasdelaciencia minimiza los riesgos de la radioactividad en base a principios falsos. Por ejemplo, asume que la radioactividad se difunde en el medio de forma homogénea y partir de ahí se pone a hacer cálculos del tipo «Chernobyl emitió tantos REM que afectaron a un área habitada por tantas personas, por lo que corresponde a tantos REM por persona… y ya véis que no es para tanto» Esto es de lo más ingénuo. La radioactividad tiene dos componentes: la radiación y los emisores de radiación. En el caso de los accidentes en centrales nucleares lo que nos interesa es la difusión de emisores de radiación. Éstos son isótopos de elementos químicos y se comportan como tales. Así, el Radón se difundirá como el gas pesado que es y el Plutonio se difundirá como el metal pesado que es. Encontrarás Radón en los sótanos, pero no en la azotea de un rascacielos, y el Plutonio tenderá a formar agregados como motas de polvo. Además, determinados organismos y procesos naturales actúan como concentradores. Así que de poco sirve que, por término medio, haya una cantidad aparentemente insignificante de Yodo radioactivo por kilo de ingesta si tu glándula tiroides lo está acumulando con los efectos subsiguientes. Si tienes la mala suerte de inhalar una párticula de polvo con un cienmiligramo de algún isótopo metálico muy radioactivo, tendrás un grave problema.

        En los albores de la era atómica los británicos construyeron un reactor para su programa de armas nucleares. Hubo un accidente y se escapó material radioactivo. Aún hoy una playa cercana a lo que era el reactor está cerrada. Si te paseas por ella con un contador Geiger, aparentemente no hay de que preocuparse, hasta que tarde o temprano el contador empieza a chirriar como loco porque has dado con una partícula, más pequeña que un grano de arena, de material radioactivo. Por término medio, la playa es segura, así que aplicando la lógica del artículista está injustificado que esté cerrada. Ahora bien, si tienes la mala suerte de que se te pegue a la piel una de esas partículas…

        Como la difusión homogénea es en lo que se basa para valorar los riesgos asociados a la emisión de material radioactivo al medio ambiente, el artículo no sólo ha fallado sino que lo ha hecho de la peor forma: transmite el mensaje de que el daño es anecdótico (fíjate en las proyecciones que hace para los casos de cáncer provocados por Chernobyl)

        Se pueden criticar más detalles, pero creo que con lo que he dicho es más que suficiente para tratarlo como desinformación (involutantaria, por supuesto).

        Gracias por extenderte en las explicaciones acerca del efecto sobre el ADN.

        1. trurl:

          Estoy completamente segura de que si se lo dices al autor en un comentario, no sólo se apresurará a corregirlo sino que también te lo agradecerá.

          1. Vale, Shora, hecho. He escrito un rollo tremendo para explicar someramente la cuestión. Ahora esperemos que el autor del blog sea tan abierto como tú dices y no haya perdido mi tiempo, porque de lo contrario tendrás que compensarme dejando que el tema de tu próximo post lo decida yo 🙂

            Tras leer ese artículo de nuevo, veo que el autor se ha documentado con propaganda pro-nuclear. No me extraña que sus conclusiones dejen a eventos como el de Chernobil en anécdotas que no debieran influir en nuestras opiniones sobre los riesgos de la energía nuclear 😉

    1. Dependiendo de la magnitud de la radiación, a una única exposición continua en el tiempo durante minutos, horas, días o semanas. Por ejemplo, si los sieverts/hora son muy elevados (2.000 mSv/hora), basta una dosis única de unas horas para que sea letal. Si la dosis es menos elevada, pues será necesaria una dosis única con mayor prolongación de la exposición (semanas).

  2. Excelente artículo Shora, realmente claro y didáctico. Se está hablando mucho estos días del efecto de la radiación sobre la salud, pero frecuentemente se obvia el efecto de la incorporación de radiactividad al organismo. La exposición directa a radiación en dosis letales es muy poco probable (afortunadamente) y reducida en el tiempo, restringida a momentos puntuales durante un crisis de este tipo. Pero la incorporación al organismo es una posibilidad más aterradora, puesto que puede pasar inadvertida y producir daños más prolongados en el tiempo, aunque resulta muy difícil de seguirle la pista por lo prolongado en el tiempo y la amplitud en el espacio. No conviene ser alarmistas, pero tampoco negar las consecuencias negativas. Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios de trurl.

    1. Muchas gracias, Manuel. Exactamente, la incorporación al cuerpo de partículas radiactivas puede ser muy dañino para la salud y es algo que no suele tenerse en cuenta (también es muy difícil valorar sus efectos en la población) por ser un proceso más «silencioso».

  3. NO ganamos para disgustos, pero todo esto deriva de lo que deriva, de que nos estamos cargando el mundo..la culpa la tenemos nosotros…

  4. ¡Hola! He dado con tu blog por causalidad, enhorabuena por él.
    Tengo enfermedad de Crohn desde hace 6 años, y he visto que casi no has dedicado artículos al aparato digestivo… me gustaría que publicases alguna información útil sobre esta enfermedad o alguna curiosidad para concienciar sobre ella a tus lectores.
    Enhorabuena por el blog (otra vez).

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