Las vacunas: víctimas de su propio éxito

La ignorancia no es la única razón que mueve a los padres a rechazar la vacunación de sus hijos. El gran éxito que han tenido las vacunas desde su implantación en la erradicación o en la disminución brutal de muchas enfermedades infecciosas ha sido, paradójicamente, una de las razones por las que ahora algunos padres se niegan a acercar la jeringuilla a sus pequeñines. Estas personas ya no ven a niños paralizados por la polio, a infantes muertos por el sarampión o a jóvenes con la piel destrozada por la viruela. Para ellos, estas enfermedades son invisibles y forman parte del pasado, sin tan siquiera plantearse cuál ha sido la razón de que esto sea así.

Sencillamente, no ven los estragos de estas enfermedades infecciosas y por eso no son conscientes de su verdadera peligrosidad. Creen que lo mejor es que lo pasen naturalmente porque así se estimularán sus defensas (con la manida expresión: «lo natural es siempre mejor») sin tener en cuenta que lo más natural antes de la era de las vacunas era que millones de personas murieran o quedasen afectadas de por vida por las enfermedades infecciosas. Sin duda, las condiciones higiénicas y alimentarias han mejorado desde entonces (y eso también ha limitado la magnitud de las enfermedades infecciosas), pero las vacunas han sido clave en su drástica disminución. Y, por eso, en lugares donde la vacunación no llega (como algunas zonas de África) se pueden seguir viendo muertes por enfermedades (como la polio) que son hoy ninguneadas por muchos en el primer mundo.

Cuando Estados Unidos pasó por la peor epidemia de polio en toda su historia (57.628 casos), en el año 1952, la población estaba tan aterrorizada por esta enfermedad que sólo 6 años después de que se descubriera la vacuna, los casos de polio se redujeron a tan sólo 161 y poco tiempo después prácticamente se erradicó en este país. Se realizaron masivas campañas de vacunación y la población se concienció totalmente con este problema de salud pública. Incluso los descubridores de las vacunas de la poliomielitis, el Dr. Jonas Salk y Albert Sabin, fueron considerados héroes nacionales.  ¿Qué dirían hoy esos padres si vieran lo que están haciendo algunos de sus hijos y nietos cuándo se niegan vacunar a su prole de esta misma enfermedad y otras muchas?

En la siguiente infografía puede apreciarse muy bien qué ha supuesto para la población el surgimiento de las vacunas contra las enfermedades infecciosas (son cifras de Estados Unidos, pero en España los datos serían similares):

Vacunas y enfermedades infecciosas

Sería genial disponer también de datos epidemiológicos de cómo también han ido aumentando los movimientos antivacunas en ese tiempo.

Visto en: Cómo las vacunas han cambiado nuestro mundo en una gráfica, de Forbes

Leon Farrant, autor de la infografía de las vacunas, basado en datos del Centro de Control de Enfermedades del año 2011.

PD. Esto no es un defensa a ultranza de la aplicación sistemática de todas las vacunas. En general, la absoluta mayoría de ellas han resultado de enorme utilidad en campañas masivas de vacunación, pero eso no debe ser un obstáculo para que cada vez que una vacuna se aplique a la población sea porque se ha estudiado detenidamente su eficacia en la población a la que se dirige (algunas, como la vacuna contra el virus del papiloma humano, son hoy discutibles).

10 comentarios sobre «Las vacunas: víctimas de su propio éxito»

  1. Yo creo que estas cosas deberían ser cuestión de protección social en el sentido de «me da igual lo que pienses, la protección de la sociedad esta antes», no en el de «la sociedad pone a tu disposición, si así lo quieres, este mecanismo de apoyo…». También incluiría aquí la «expropiación» temporal de los cadáveres para hacer trasplantes.

    1. Como en la mayoría de estos casos son los padres los que tienen que decidir sobre sus hijos, sin duda el bien del niño debe prevalecer sobre las opiniones de los padres (y de vez en cuando los jueces obligan a determinados padres a vacunar a sus hijos). Por otro lado, la libertad individual de uno termina cuando pone en riesgo la salud pública de los demás.

  2. Pingback: ¿Vacunas en declive? - Papel de periódico - Papel de periódico
  3. Aunque no pongo en duda la necesidad de las vacunas, ¿qué podrías contarnos de la otra cara de la moneda? Me refiero al negocio que supone la vacunación, sobretodo de las nuevas vacunas y/o lobbys intentando que sea obligatorio su uso.

    Yo creo en la a veces llamada «inmunidad de manada» y no dudaría en vacunar por el sarampion, la viruela, etcétera. Pero luego ves como cada vez quieren que te vacunes/mediques/etc de más cosas y que algunas incluso se han considerado peligrosas o se aprobaron sin un segundo filtro de la FDA y no me extraña que algunos padres esten preocupados…

    Mi visión del médico de antes era la del médico de familia que te atendía desde que nacías hasta que te morías (o él se jubilaba) mientras que ahora en lugar de una persona veo una maquinaría (a mi me cambiaron en 5 años 5 medicos de cabecera distintos por burocracía).

    Uno ya no puede evitar preguntarse si te dicen de hacer X (reemplazar por medicamento, prueba, vacuna, etcétera) porque lo consideran lo más oportuno o porque han llovido maletines y comisiones (ya sea al propio médico de cabecera o más arriba y pasa a ser «política del centro sanitario»). Por ejemplo recuerdo los casos que se daban hace unos años de pedir pruebas innecesarias (sobretodo radiologias) para gastar la partida presupuestaria ya que si no la terminaban entera la siguiente sería menor…

  4. Fer: Sin duda, hay malas prácticas también en las vacunas pero eso no debería ser un obstáculo para defender a aquellas que han demostrado de sobra su efectividad. Yo he criticado, por ejemplo, a la vacuna del papiloma humano porque me parece, cuanto menos, de una costo-efectividad bastante dudosa y sin embargo defiendo a las vacunas.

    La mayoría de médicos son honestos y están ahí por vocación (no puedo decirte eso de todos) y a quién más les duele no poder estar con los mismos pacientes de siempre es a ellos. Eso choca totalmente con el objetivo de la medicina de familia que es hacer un seguimiento duradero de las personas y, además, mina la relación médico-paciente. Pero, repito, que esos casos individuales no deberían hacernos desconfiar de todos. De hecho, la medicina ahora está mucho más basada en la evidencia científica que hace décadas (cuando se confiaba más en el médico).

  5. Alguien se acuerda de la vacuna de la Gripe A?
    Prácticamente nos la querían poner a todos sí o sí. Y no he vuelto a oír hablar de esta gripe…
    No sé cuál será la próxima….
    un saludo

  6. Ultimamente aca en mi pais Chile, se ha creado mucha polemica sobre que las vacunas contienen mercurio ( y de ahi deriva todo en una teoria de control de masas y bla) La relaidad no se que tan asi sea eso. Ni si en verdad puede provocar un daño.

    Y tambien se dice que en europa las vacunas no son obligatorias… eso tambien es asi?

    Saludos

    1. Luis:

      Las vacunas no llevan timerosal (un compuesto derivado del mercurio) desde hace años. Y su retirada fue más por presión social basada en la ignorancia que por las evidencias científicas de su peligrosidad (a las dosis utilizadas no se ha comprobado que cause ningún daño):

      http://es.wikipedia.org/wiki/Thiomersal#Controversia_en_vacunas

      No sé las legislación en materia de vacunas en todos los países de Europa, pero puedo contarte el caso de España. La vacunación no es obligatoria, cada persona es libre de vacunarse o no, pero si unos padres se niegan a vacunar a su hijo un juez puede obligarle judicialmente por ir en contra del bien del menor.

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