Basta echar un vistazo rápido a cualquier farmacia o botiquín para darse cuenta del gran arsenal terapéutico del que disponemos. Sin embargo, pocos conocen que si este arsenal farmacológico dependiera de los descubrimientos de nuestro país éste quedaría reducido a la lastimosa cantidad de unos cuantos fármacos. Y pocos de ellos hubiera visto la luz si no fuera porque detrás existían grandes empresas extranjeras que metieron dinero y recursos en su investigación.
Pues sí, amigos, si de nuestra mentalidad emprendedora e inventiva patria dependiera la salud del mundo, íbamos «apañaos». Como muy bien dijo hace tiempo Miguel de Unamuno: «¡Qué inventen ellos!» y parece ser que hemos seguido su palabra casi al pie de la letra.
¿Cuáles son estos fármacos que se empeñan en ser honrosas excepciones en nuestro país? Pues son, entre otros, el antibiótico fosfomicina y el antitumoral trabectedina (Yondelis)…
Fosfomicina
La fosfomicina, el primer antibiótico considerado español, se descubrió en los años 60 en la provincia de Alicante. En los años 40 y 50 estuvo muy de moda en todo el mundo recoger e investigar microorganismos del suelo con la intención de ver si sonaba la flauta y así encontrar nuevos tipos de antibióticos. La Compañía Española de la Penicilina y Antibióticos (CEPA) firmó un acuerdo con la Compañía Merck para crear el Centro de Investigación Básica de España (llamado CIBE y ya desaparecido). Este centro de investigación se especializó en buscar microorganismos de fuentes naturales para descubrir nuevos principios activos antibióticos.
Quiso la fortuna que la zona mediterránea española tuviera una gran biodiversidad de microorganismos en su tierra y, entre cantidades ingentes de muestras y más muestras, encontraron un bichito muy especial en Denia (Alicante), el Streptomyces fradiae, que era productor de un nuevo antibiótico nunca antes visto, la fosfomicina.
Tras el necesario tiempo de investigación y de síntesis química de la fosfomicina, ésta se comercializó a finales de los años 60 y aún sigue utilizándose hasta nuestros días como antibiótico contra infecciones urinarias o como tratamiento de segunda línea en algunas infecciones de bacterias sensibles a ella.
CIBE contribuyó, junto a Merck, en el descubrimiento de más antibióticos y antifúngicos. Sin embargo, no tuvieron un papel principal en estos posteriores descubrimientos y no fueron considerados de origen español.
Trabectedina
Si hace décadas lo que estaba de moda era buscar antibióticos entre la tierra, en estos últimos años lo que es el no va más es buscarlos en el agua, concretamente en océanos y mares. ¿Por qué esa fijación actual? Porque, hasta hace poco y por motivos de dificultades técnicas de accesibilidad, la biodiversidad química de los organismos marinos había sido muy poco estudiada comparada con los terrestres y desconocemos gran cantidad de moléculas que podrían ser terapéuticamente beneficiosas. Además, también hay que tener en cuenta que muchos organismos marinos poseen compuestos químicos muy activos a baja concentración. Esto es debido a que son mecanismos de defensa especializados en ejercer un efecto potente aún estando diluidos en el agua y este fenómeno natural resulta de gran interés en el terreno de la farmacología.
En una de las investigaciones que llevó a cabo el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos para descubrir moléculas beneficiosas a partir de un screening de organismos marinos, se descubrió en 1969 que el tunicado del Caribe Ecteinascidia turbinata poseía alguna sustancia con actividad anticancerosa. Sin embargo, habría un gran problema, no se tenía ni idea de qué sustancia en concreto se trataba y fue imposible identificarla durante muchos años. No fue hasta 1984, cuando se pudo identificar gracias a los avances de la tecnología y a un investigador de la Universidad de Illinois, KL Rinehart: Se trataba de la trabectedina y era la pesadilla de todo químico, puesto que era una molécula altamente compleja e imposible de sintetizar químicamente por esas fechas.
Debido a esa imposibilidad técnica de fabricar la trabectedina, no hubo interés alguno en esa molécula hasta que una modesta compañía española llamada PharmaMar (perteneciente al grupo Zeltia) licenció el compuesto en 1994. Esta compañía se centra en la búsqueda de nuevos fármacos a través de la investigación de organismos marinos. Y, así, sus científicos bucean a lo largo del ancho mar u océano recogiendo muestras.
¿Y qué sentido tenía que PharmaMar licenciara el compuesto si no lo podía sintetizar? Pues porque, más chulos que nadie, se les ocurrió una apuesta arriesgada: Si no podían sintetizar el compuesto en el laboratorio, cultivarían el animal que lo producía en el mar. Y así fue como esta compañía creó granjas submarinas del tunicado en cuestión. Aparte de la dificultad que ya ese propósito conllevaba era un proceso enormemente ineficiente; por cada tonelada del tunicado se obtenía un mísero gramo de trabectedina y hacían falta al menos 5 gramos para un ensayo clínico corriente y decente.
Por suerte, a lo largo de los años 90 se pudo conseguir crear dicho compuesto artificialmente gracias a investigadores estadounidenses, hasta llegar al proceso de síntesis más actual (y desarrollado por PharmaMar) que consiste en partir del antibiótico Safracina B y hacerle unas cuantas modificaciones químicas hasta obtener la trabectedina. Así fue posible obtener la molécula en grandes cantidades y probarla en ensayos clínicos. En la actualidad dicho fármaco se comercializa como Yondelis, el primer antitumoral considerado español porque fue una empresa española la que por perseverancia y cabezonería logró llevarlo a la realidad (aunque también fue importantísimo el papel de los americanos). Sus principales indicaciones son para el sarcoma de tejidos blandos y cáncer de ovario recurrente aunque se espera que en un futuro posea aún más indicaciones.
Actualización:
Aunque menos conocidos, existen también otros fármacos desarrollados en España. Algunos ofrecen una opción terapéutica novedosa, mientras que otros (la mayoría) son derivados de compuestos originales que no aportan ningún o casi ningún valor añadido, los llamados fármacos «me too».
Los laboratorios Ferrer Internacional desarrollaron y comercializaron en los años 90 el Sertaconazol. Un antifúngico de uso tópico indicado para distintas infecciones por hongos presentes en piel y candidiasis vaginal.
Almirall, una farmacéutica internacional con sede en España ha estado implicada en el desarrollo de varios medicamentos a través de una inversión importante en I+D. Desarrolló el antiácido almagato (Almax) allá por el año 1984, la cleboprida en 1979, el piketoprofeno en 1985 y la ebastina en 1990.
El fármaco estrella de la farmacéutica Rovi se desarrolló en los años 90, la bemiparina (Hibor), un antitrombótico indicado para prevención de trombosis y tratamiento de trombosis venosa profunda que se utiliza en todo el mundo.
¿Cuándo aparecerá el próximo fármaco novedoso de descubrimiento español? Teniendo en cuenta nuestra historia, probablemente tengamos que esperar sentados durante unos cuantos décadas años.
P.D.: Estos son los fármacos sobre los que he leído de descubrimiento/desarrollo español. Puede que alguno se haya quedado en el tintero por ser casos no tan famosos como los anteriores. Ruego que me lo notifiquen si me he dejado alguno en el olvido para añadirlo.
Si seguimos con la milonga de que las farmacéuticas son malvadas, nunca se desarrollarán más fármacos, por no hablar que el desarrollo de un fármaco está entre 500 y 2000 millones de euros y hoy por hoy, las únicas capaces de hacerlo debido a su capacidad de inversión son Zeltia/Pharmamar y las empresas extranjeras
¿el hibor no entra en esa categoría? Algo ha currado Robi
Si no me equivoco, te has dejado uno muy conocido y usado: el almagato (Almax) 😀 Y, con él, otros que ha desarrollado Almirall, tales como el aceclofenaco, la ebastina o el almotriptán. O algunos que van muy avanzados. No sé, Shora, no me he puesto a investigar sobre el tema… pero afirmar que en toda España sólo se han desarrollado tres moléculas me parece un tanto pesimista.
He estado mirando el almagato y las publicaciones que me salen de la fecha su descubrimiento y evaluación son de Alemania:
http://www.biomedsearch.com/nih/Evaluation-new-antacid-almagate/6439224.html
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/6548922
Por otro lado, Almirall es una farmacéutica internacional que tiene sede en Barcelona pero con presencia en 11 países (he estado viendo, por ejemplo, que tiene varios centros de I+D potentes en Alemania). ¿Puedes referenciarme que esos productos se desarrollaran en España y no en otro país?
Sí, Shora, pero curiosamente, todos los autores son catalanes (Beneyto, Fábregas, Vilardell, Prieto…) 😉 Asimismo, los primeros once artículos del almagato están en la misma revista, «Investigación medicamentosa» (Arzneimittelforschung), en una época en la que en España no había más que dos revistas de farmacología (una de ellas propia del CSIC). Decir que no son españoles puesto que la investigación está publicada en una revista alemana equivale a decir que los artículos estadounidenses aparecen en NEJM o que los británicos lo hacen en Lancet 🙂 Así que el argumento no me parece válido 😳
En cuanto a los centros de investigación de Almirall, efectivamente, están en varios países: España (Barcelona) y Alemania; de hecho, los centros de síntesis química están situados exclusivamente en Barcelona. Y, como habrás podido ver en la propia web de Almirall, cleboprida (1979), almagato (1984), piketoprofeno (1985) o ebastina (1990) son fármacos de creación española, antes de que Almirall siquiera saliese al extranjero 🙂 Y supongo que pasa lo mismo con otros muchos, pues no abrieron su centro de I+D en Hamburgo hasta 2006.
Mi punto es: sí, la ciencia española está mal. Pero de ahí a decir que todos los científicos españoles no han producido más que tres moléculas en la historia… hay un trecho 😀
No, no todos son catalanes, entre los autores están R G Spickett, Lumachi B y Beckett PR, Roberts DJ. (que son primer y último autor de uno de los artículos). Así que podía ser que la investigación se hubiera llevado en Alemania , no sólo la publicación sino por el origen de parte de los autores (el último autor de una publicación se suele dejar a menudo al jefe del centro donde se investiga).
Pero vaya, viendo las fechas, tienes razón. He metido la pata :oops:. Voy a añadirlos ahora mismo. Basé la cantidad de fármacos desarrollados en España con lo que me había contado alguien que se dedica al desarrollo de fármacos y ha trabajado en varias farmacéuticas y parece que no estaba al día sobre estos casos menos conocidos. Culpa mía.
Vale, tenía que haber dicho «casi» todos (realmente hay nombres extranjeros en 5/11 artículos 😳 ). Pero vamos, que no nos vamos a poner con pichorradas: lo que me había extrañado es que en España, que no es Estados Unidos pero tampoco Sudán, sólo hubiese tres moléculas. Especialmente en cuestión de investigación farmacéutica, que los me too proliferan como champiñones…
esta noticia es totalmente falsa.
Deberias revisar tus fuentes, ya que hay muchisimos mas medicamentos desarrollados en España, entre ellos, por supuesto, los desarrollados por Almirall, farmaceutica para la que trabajo.
Almirall es una farmacéutica internacional con centros de investigación en muy distintos lugares del mundo.
Puede que me haya olvidado de alguno y, si es así, lo lamento y lo añado enseguida, ¿podrías decirme cuales de Almirall se han desarrollado en España?
@JL Sebastián:
Coño, no sabía eso. Y encima parecen honestos…
Si no me equivoco el Triflusal (Disgrén) es un fármaco desarrollado en España por Uriach. La Wikipedia pone esto:
Triflusal is a platelet aggregation inhibitor that was discovered and developed in the Uriach Laboratories, and commercialised in Spain since 1981. Currently, it is available in 25 countries in Europe, Asia, Africa and America. It is a drug of the salicylate family but it is not a derivative of acetylsalicylic acid (ASA). Trade names include Disgren, Grendis, Aflen and Triflux.
Parece que es correcto:
Ahí hay algunos análogos que no aportan más que las moléculas originales.
La rupatadina es análogo de la loratadina: http://vicentebaos.blogspot.com.es/2008/03/qu-tiene-la-rupatadina-que-no-tengan.html
Glisentida y otros antidiabéticos: http://www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php?method=showDetail&id_articulo=9504&id_seccion=347&id_ejemplar=989&id_revista=23
Da igual si son 3, 4 o 7. La investigación biomédica y el I+D+i en España es penosa, y lo poco que hay, es gracias al entusiasmo de los investigadores. No esperemos nada de las Admin. Yo voy a participar es un estudio de telemedicina: es presupuesto asignado no nos da ni para comprar pipas.
Hola, este es un mensaje para los que están despertando y quieren saber algo más sobre como REALMENTE operan las corporaciones farmaceúticas. En un par de lineas, las 10 mayores farmaceuitcas facturan MAS que el resto de las 490 Corporaciones del Fortune 500 JUNTAS, y el 90% de los medicamentos en el mercado son variaciones de farmacos inventados hace decadas, se llaman medicación «me too», la supuestas «investigacion» les sale gratis, ya que las universidades y cualquier cientifico se apresura ante los cantos de sirena de trabajar en una empresa asi. Es todo un timo de no te menees. Pero no me creais a mi, mirad esta pagina y alucinad (lamentablemente so lo en inglés)
http://www.WantToKnow.info/healthcoverup
http://www.WantToKnow.info/aspartamemsgcoverup Sobre el Aspartame
http://www.WantToKnow.info/healthnewsarticles Sobre como los Medios de Comunicación ENCUBREN descubriemientos sobre la salud
No hay honor en lo que esas empresas hacen.
Saludos
Hola Carlos:
Respecto al aspartamo, es un edulcorante, no un medicamento, y le sale mas barato a la industria alimentaria, que al parecer a nadie le importa lo que haga ya que no son los malos malisimos.
Sobre el otro articulo, lo que yo entiendo que dice es un problema de dinero publico. Esto es, que segun la ley norteamericana un medico de hospital o un investigador de universidad realiza sus trabajos con suvbenciones publicas, pero si descubre algo que es rentable lo patenta y le gana pasta, sin devolver las subvenciones. No es ilegal, pero creo que hay que tener mucho morro. Tambien comenta que la industria se dedica a comprar a las universidades sus nuevos descubrimientos (pagados en muchos casos con dinero publico), con lo que su famosa I+D es realmente una maquina de comprar lo que otros investigan.
Por ultimo, los medicamentos actuales en muchos casos son variaciones de otros mas antiguos, que habiendos muchos casos que realmente son estupideces, mejoran la formulacion anterior.
Me explico: si tomaras acido salicilico te quitarías el dolor de cabeza, pero el dolor de estomago sería insufrible.
Para eso se descubrio el acido acetil salicilico, con muchos menos efectos secundarios.
Otras modificaciones permiten que el medicamento no te lo tengas que inyectar, que lo puedas tomar en jarabe, que su biodisponibilidad sea mayor…
Y tambien esta los casos que cambiar la sal de un medicamento aumentando un parametro del estudio en una cantidad insignificante supone que un laboratorio gane un monton de pasta…. aberrante.
Bueno, pero eso siempre pasa no? No es sólo problema de España, sino de muchos otros países que no cuentan con los recursos para invertir en investigación, porque simplemente dan prioridad a la carrera armamentista u otros problemas de gobierno.
Lo más lamentable de todo esto es que aquellos países que no investigan están sujetos a importar cualquier fármaco que no necesariamente este acorde a las necesidades de dicha población. Ejemplo: los anticonceptivos retrógrados y que causan serios problemas de peso en mujeres de otros continentes.
Gracias!
Saludos.
Hola,
Claramente Almirall es una empresa española, que hace unos años se fusionó con Prodesfarma que también lo era. De hecho cotiza desde hace tiempo en la Bolsa española y sus principales accionistas son la familia Gallardo.
La mayoría de sus medicamentos se desarrollan en sus sedes en Barcelona. Fueron de las primeras empresas farmacéuticas en emplear a científicos extranjeros (de ahí que en los trabajos antiguos aparezcan nombre extranjeros como Robert so Spikett o Bakke). Después fueron de los primeros en hacer el desarrollo de sus medicamentos a nivel internacional para poder solicitar el registro en paises europeos e incluso los EEUU.
No lo recuerdo de forma exacta pero han desarrollado al menos cleboprida, almagato, cinitaprida, piketoprofeno, aceclofenaco (Prodesfarma), ebastina y almotriptán.
Es cierto que todos los medicamentos que ha desarrollado pueden considerarse me-too drugs.
Algo similar ocurre con otras moléculas españolas de Uriach o Ferrer que se han citado en los comentarios.
Dejando de lado el tema puntual de los medicamentos, ¡qué triste me puso la idea de Unamuno! Quiero creer que la wikipedia la tiene mal citada, o que yo no entendí nada. Soy argentino, pero me parece que la idea «Que inventen ellos» se aplica también a nuestro país, desgraciadamente. Y quizás a toda Hispanoamérica. No quiero decir que no haya gente con «espíritu científico» (voluntad científica me gusta mas) en nuestro países. Pero estructuralmente, no le damos importancia, y estamos orgullosos de eso. Y así nos va. Además, esa idea de que «ellos hacen ciencia y nosotros literatura» es patética. ¡Cómo si no hubiera literatura aglosajona, o alemana, tan buena como la española! En fin, se que no es el lugar para discutir eso, pero la verdad, me puso muy mal.
Menos mal que en la actualización habéis incluido a los laboratorios Almirall donde trabaja mi mujer. 😉