La paradoja cardiovascular española

Toda la vida nos han dicho que la dieta mediterránea (típica por su alto consumo en pescados, frutas y verduras, escaso consumo de carnes rojas y aceite de oliva a dosis generosas) es saludable y buena para prevenir enfermedades cardiovasculares a largo plazo como infartos de miocardio o ictus. Realmente, existen muchas evidencias científicas que respaldan este hecho. Pero, ¿qué ocurre cuando observamos las muertes causadas por enfermedades cardiovasculares por provincias en España? Pues que nos llevamos una sorpresa (clic para ampliar):

Mortalidad cardiovascular en España

Fuente: Epidemiología de las enfermedades cardiovasculares en España Rev Esp Cardiol. 2006;6(Supl G):3-12.

¡Justo son las zonas mediterráneas de España las que tienen una mayor mortalidad cardiovascular!. Curiosamente, las zonas del centro y norte de España son las que poseen, con una apreciable diferencia, menor mortalidad cardiovascular.

Lo primero que diría alguien impetuoso sería: «¡¿Cómo?!, ¿Me han engañado todo este tiempo para mantener una dieta mediterránea typical spanish y ahora resulta que son las personas de las zonas mediterráneas las que más se mueren por causas cardiovasculares? ¿Para eso me he privado yo de grasas y dulces con lo ricos que están?»

Lo cierto es que, hasta el momento, no existe una explicación demostrada de a qué se debe esta marcada diferencia de mortalidades entre la región mediterránea y la central y norte de España. Los autores del citado estudio comentaban:

No se conocen con exactitud las razones del patrón geográfico de la mortalidad cardiovascular en España. Parece que entre los factores determinantes se encuentran el nivel socioeconómico, la actividad física y factores dietéticos, como el consumo de frutas, pescado y vino, así como factores que actúan desde la temprana infancia.

Lo cual es, si me disculpan la sinceridad, una señal de que no se tiene ni idea de a qué se debe. Como sigue siendo un enigma a día de hoy, no faltan hipótesis que traten de explicar este pintoresco fenómeno. Hay quiénes dicen que una posible explicación pudiera deberse a un menor consumo de vino y pescado en la zona mediterránea, otros a que se debe a estilos de vida muy diferentes desde la infancia… ¿Pudiera ser que se debiera a que en las zonas mediterráneas de España se siguiera, irónicamente, una dieta menos mediterránea? Son muchas las explicaciones sobre la mesa.

Una nueva hipótesis que está tomando fuerza por las investigaciones llevadas a cabo en genética poblacional y su relación con las enfermedades es que esa diferencia de mortalidad no se deba tanto a factores ambientales (que es obvio que influyen) sino a factores genéticos.

En la zona mediterránea española, por su localización, se ha dado desde hace mucho tiempo un intercambio genético evidente con otros países mediterráneos gracias a la comunicación marítima. Obviamente, en zonas de más difícil acceso para extranjeros como el centro-norte de España era más difícil que este intercambio genético se diese. ¿Y si en esa serie de intercambios genéticos entre países mediterráneos los habitantes de las costas hubieran adquirido uno o varios rasgos genéticos de vulnerabilidad ante enfermedades cardiovasculares? La explicación no es sólo lógica sino que sabemos que no sería una excepción. Conocemos enfermedades de base genética que se asientan principalmente en las zonas mediterráneas debido a este intercambio genético como, por ejemplo, la enfermedad llamada fiebre mediterránea familiar.

Hasta qué punto esta genética mediterránea es tan diferente del resto de España y cuáles son estos factores genéticos que podrían inducir una susceptibilidad a padecer enfermedades cardiovasculares es algo que no se sabe de momento. Pero es cuestión de tiempo e investigación que sepamos a qué se debe esta paradoja, si a algo predominantemente ambiental o a algo predominantemente genético. Lo que está claro es que, si queremos vivir más, nos interesar seguir con nuestra amada dieta mediterránea.

18 comentarios sobre «La paradoja cardiovascular española»

    1. jejeje, sí, hay que reconocer que el código de colores es anti-intuitivo. Si fueran diseñadores de infografía en lugar de médicos, los hubieran quemado en la hoguera 😉

  1. Y estudiando la incidencia de enfermedades cardiovasculares en otros sitios como Sicilia o Grecia, donde siguen la dieta mediterránea (y de manera más concienzuda que aquí, creo yo), ¿no podría inferirse con más acierto -o sospecharse, o conjeturarse- nuevas causas que embrollen más a los científicos? Un saludo.

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  3. Es que, efectivamente, deberíamos comprobar si en la zona mediterránea se sigue la dieta mediterránea, que está bastante abandonada. Cada vez hay un consumo mayor de carne de forma diaria e hidratos de carbono a tutiplen. Lo compruebo todos los días al ver el tupper de mis compañeros de trabajo. Yo tampoco hago estricta observancia de la dieta mediterránea y vivo en Valencia.

    Los colores del mapa, coincido, tremendamente mal elegidos.

    PD: Tengo hambre.

  4. Shora. no se, pero creo que también tiene que ver que las zonas costeras son las más urbanas y es donde más cadenas de cómida rápida hay.

    Pero aun así buen apunte

  5. Sin tener ni idea del asunto, veo que Canarias tampoco sale muy bien parada. No sé si el estudio se refiere a la población autóctona o también a los foráneos, sean circunstanciales o permanentes. En cualquier caso, también son las zonas de más turismo y en las que hay más gente que ha decidido asentarse definitivamente una vez que se le ha terminado la etapa laboral. Por decirlo burdamente: hay mucho guiri jubileta por ahí, y no sé si eso puede repercutir en las estadísticas.

  6. También se ha dicho siempre que en la costa hay más consumo de cocaína, pero no creo que pueda haber tanto más. Yo lo achaco a que la dieta mediterránea ha sido abandonada, mientras que el resto de regiones han mantenido su dieta tradicional o han adoptado la dieta mediterránea. Como toda la epidemiología, cada vez que averiguamos algo nos damos cuenta que tenemos que averiguar 5 más.

  7. La dieta mediterranea no es tanta maravilla como nos quieren hacer creer.

    Sobre todo por un motivo fundamental, es repetitiva y desde luego aburrida a largo plazo. ¿Donde están los dulces? ¿Donde los bizcochitos? ¿Donde esas carnes rojas, chorreantes de sangre fresca? Será malo, pero ¿y lo rico que está?

    Ahora fuera bromas, la realidad de las enfermedades vasculares es cierto que tienen una correlación con la alimentación, pero también con más factores, que hacer un análisis real de las mismas implicaría tanto tiempo y trabajo que a nadie se le ocurriría hacerlo.

    Siguiendo el esquema que presentas, ¿Han preguntado a muestras representativas de la población? ¿Han hecho cribas? ¿Las respuestas eran correctas? Seguir una dieta mediterranea implica no irse al McDonals a por un poco de comida basura, no encargar unas pizzas cuando no apetece cocinar, no descongelar unas croquetas del Eroski… ¿y quién no lo ha hecho alguna vez? Incluso cuando se sale a comer fuera, de restaurante bueno, ¿se sigue la dieta mediterranea? Al no saber como se preparan las cosas, no se puede estar seguro de ello.

    Y un factor aún más importante: el alcohol. España es un país en el que el bebercio está más arraigado que la dieta (la gente podrá dejar de comer… dejar de beber lo lleva claro). ¿Tiene algo que ver el alcohol con las enfermedades vasculares? La respuesta es Sí.

    Las regiones del sur tienen mayor número de fiestas que las del norte y una tradición más «dicharachera», por lo que ahí ya tenemos una diferencia en relación a dichas enfermedades.

    Otra cosa: en relación a Angina de Pecho, los gallegos nos llevamos la palma, pero es que como el orujo casero que se prepara aquí no hay otro.

    En resumen: Hacer un análisi sobre algo que tiene tantos factores limitándose a uno sólo en el cual no se entra «a fondo», no es significativo.

    Un Saludo

  8. Yo, desde mis limitadísimos conocimientos de Medicina (como estudiante de 2º) me gustaría sugerir un factor que se podría tener en cuenta: las zonas de interior tienen más tradición vinícola y, como el vino contiene sustancias cardioprotectoras como los polifenoles, de ahí se podría deducir la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares en cada región.

    De hecho, una conocida mía hizo un trabajo sobre los municipios gallegos de mayor longevidad (población de cuarta edad) y vio que se correspondían a zonas productoras de vino de elevada concentración de polifenoles.

    A eso hay que sumar, claro está, el sustrato genetico (pero desconozco si las diferencias poblacionales entre la España Mediterránea y la España Atlántica y la de la Meseta son significativas).

    1. Sí, eso podría ser también una explicación. De hecho, es lo que se da en la paradoja francesa, dónde comiendo muchas grasas, en algunas regiones encontraban menor mortalidad cardiovascular de la esperada y lo asociaban a la ingestión de vino. He mirado aquí el consumo de vino por regiones:

      (Página 11)

      Es cierto que en el levante se consume poco vino comparado con el resto, pero en el norte también consumen por el estilo y tienen menor mortalidad cardiovascular que los levantinos. En el Noreste, que consumen un montón de vino, tienen también alta mortalidad. No sé, no veo la relación muy clara con estos datos.

  9. la razon es genetica y ambiental, en el norte nunca la dieta ha sido tan mediterranea como ahora, con aceite de oliva etc., y como ellos evolutivamente por seleccion natural, geneticamente se habian hecho resistentes a la dieta mala, ahora la mediterranea les protege mas, y en el sur es lo contrario, somos menos mediterraneos en la dieta que antes y nos perjudica mas que a los del norte…porque no estabamos acondicionados

  10. La dieta mediterránea hoy en día no es geográfica, es cultural y socio-económica. La franja mediterránea española es muy turística y por consiguiente muy influenciada por hábitos dietéticos foráneos. Vivir en Valencia o Alicante, no garantiza una dieta rica en frutas, legumbres, verduras y poca carne. Mas bien me parece que se come mucha grasa saturada y demasiado carbohidrato como en todas las regiones occidentales ricas, donde la gente se muere de éxito. La dieta mediterranea está ahora en la Turquía y la Grecia rural por poner dos ejemplos, donde en los mercados, por cada puesto de proteína animal hay 20 de frutas y verduras. En cuanto a la paradoja francesa, puede que se relacione con el vino, pero también con hábitos dietéticos saludables en comparación con el norte de Europa, donde la obesidad avanza al galope. Un paseo por París sugiere que la gente come menos y guarda mejor la línea que por ejemplo en Escocia, donde el sobrepeso y la obesidad afectan a la gran mayoría de la población. Eso a la larga se paga con años de vida.

  11. Me gustaría hacer unos comentarios al respecto:
    – Plantear a priori que la dieta que se sigue en las regiones mediterráneas es protectora frente a enfermedades cardiovasculares como punto de partida de un estudio de este tipo, puede resultar lógico por los estudios precedentes.
    – No encontrar esa correlación y plantear una variedad de posibilidades meramente especulativas que no incluyan la posibilidad de que esa relación no exista, me parece curioso.
    – Plantear explicaciones únicas a hechos relacionados con múltiples factores es un tantillo atrevido y si además están basadas en las preferencias de cada uno (cocaína, vino, genética, …) … irrelevante.
    – La paradoja francesa NO existe y menos la explicación de que el vino es el factor determinante de una mejor salud cardiovascular y que ello se debe al resveratrol que contiene http://fuentedelaeternajuventud.wordpress.com/2010/06/30/%c2%bfcomer-para-no-envejecer/.

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