Colaboración con eldiario.es.
Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido acceso a tanta información sobre salud ni tantas posibilidades como para compartirla a los demás. En un instante, podemos acceder a infinidad de webs sobre medicina y salud. Sin embargo, la desinformación también campa a sus anchas. Es una de las paradojas de nuestro tiempo. Al realizar una búsqueda en el navegador nos topamos tanto con información de salud contrastada y fiable como con estafas, noticias erróneas y bulos de la salud.
Tenemos un grave problema sobre la calidad de los contenidos de salud en Internet. Por un lado, la mayoría de las fake news (noticias falsas) son sobre temas de salud. Estas noticias falsas, además, por sus características se difunden un 70 % más en redes sociales como Twitter que aquellas que son reales. Por otro lado, un estudio realizado en Facebook detectó que, de los 10 artículos más compartidos en esta red, 7 de ellos eran engañosos o contenían alguna información falsa. Además, en 2016, más de la mitad de los 20 artículos más compartidos con «cáncer» en sus titulares fueron desacreditados por médicos y autoridades sanitarias.
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