Adiós, obligación. Hola, responsabilidad colectiva

Colaboración con eldiario.es.

Mascarilla metro

El lunes 24 de abril, Fernando Simón volvió a aparecer en los medios explicando su opinión sobre la finalización del uso obligatorio de mascarillas en los últimos reductos que aún quedan en España. Sobre este aspecto, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias cree que “muy pronto” dejarán de ser obligatorias en farmacias y “pronto” en centros sanitarios y sociosanitarios.

En ese sentido, Simón apeló a la responsabilidad:  “Que los profesionales, los trabajadores, las visitas, entiendan que si están enfermos, si tienen un catarro, si tienen una gripe, si van a trabajar, tienen que garantizar que no van a evitar infectar a otros. Y eso se consigue con el uso de la mascarilla. Yo creo que si conseguimos mantener esa cultura bien, esa cultura de proteger a los demás, yo creo que todo esto se va a poder cambiar pronto y que la obligatoriedad de las mascarillas se eliminará pronto”.

Hasta la irrupción de la pandemia, la utilización de las mascarillas había sido algo testimonial en nuestro país. Pacientes inmunodeprimidos y asiáticos con enfermedades infecciosas respiratorias o con alergia al polen eran de las pocas personas que se podían ver públicamente con los tapabocas sobre la cara. El uso de estos elementos para disminuir la transmisión de agentes patógenos respiratorios se veía con desconfianza, cuando no como algo pintoresco o estrafalario. Sin embargo, con la abrupta llegada del SARS-CoV-2, tuvimos que acostumbrarnos a su uso y normalizarlo en la vida diaria, adaptándonos a lo que la ley exigía en cada momento.

Seguir leyendo en: Adiós, obligación. Hola, responsabilidad colectiva