El ingreso mínimo vital como medida de Salud Pública

Colaboración con eldiario.es.

Pobreza

¿De qué depende nuestra salud? Para muchos, la respuesta sería que de la atención sanitaria. La mayoría de las personas sobreestima el papel de la sanidad en la salud de una población. Se calcula que alrededor del 89% de los factores que influyen en nuestra salud tiene lugar fuera de los hospitales y centros de Atención Primaria. Además del medioambiente, la genética o el comportamiento individual, existe un factor clave en nuestro bienestar físico, psíquico, social y en nuestra esperanza de vida: las circunstancias socioeconómicas.

La pobreza destaca por su capacidad para enfermar y matar. Se trata de uno de los principales riesgos para la salud física y mental, documentado por innumerables estudios. Sus efectos perjudiciales sobre la esperanza de vida se manifiestan de forma clara, no solo al comparar países desarrollados y en desarrollo, sino también entre barrios ricos y pobres dentro de una misma ciudad. Estos efectos son bien conocidos por los expertos en Salud Pública, cuyo lema recurrente es: «el código postal influye más en la salud que el ‘código’ genético». Así, los catalanes ricos pueden llegar a vivir hasta 12 años más que los pobres, mientras que los madrileños ricos tienen una esperanza de vida 10 años superior que los madrileños pobres.

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