Colaboración con Investigación y Ciencia.
Desde hace décadas, la recomendación de andar un mínimo de 10.000 pasos al día ha estado presente en las sociedades de multitud de países y ha recibido el respaldo de diversas instituciones sanitarias. Sin embargo, la elección inicial de este número fue arbitraria. Aunque es cierto que alcanzar esta cifra se relaciona con una mejor salud cardiovascular y mental y un menor riesgo de padecer obesidad y diabetes, no es necesario dar 10.000 pasos diarios para notar sus beneficios. Se estima que entre 6000 y 8000 pasos al día son valores óptimos para reducir el riesgo de mortalidad por todas las causas.
A grandes rasgos, cuantos más pasos dé una persona en su vida diaria, mejor será para su salud. Sin embargo, el número mínimo de pasos para prevenir enfermedades depende de múltiples características del individuo (edad, sexo, peso, condición física previa, práctica de otros ejercicios físicos…). Ahora, una reciente investigación, cuyos resultados se publican en la revista JAMA Neurology, sugiere que no solo es importante el número diario de pasos en la prevención de demencias asociadas al envejecimiento, sino también la velocidad a la que se dan estos.
En el estudio se realizó un seguimiento durante casi siete años de 78.430 adultos que vivían en Reino Unido (el 97 por ciento era de etnia caucásica). Se trata de uno de los mayores estudios en los que se han analizado los efectos sobre la salud según el número de pasos dados cada día. Todos los voluntarios tenían entre 40 y 79 años (la media de edad era de 61 años) y registraron los pasos diarios durante alrededor de una semana con un acelerómetro que llevaban en la muñeca dominante. Además, tampoco sufrían demencia, cáncer, ni enfermedades cardiovasculares al comienzo del estudio.
Seguir leyendo en: Andar más pasos al día y a mayor velocidad se asocia a un menor riesgo de demencia