Colaboración con El País:
Ancestral, milenaria, mística… Alrededor de la medicina tradicional china (MTC) hay una especie de aura etérea y mágica. De hecho, jamás se ha demostrado la existencia ni de la energía o fuerza vital llamada «Chi» ni de los conceptos del Yin y el Yang, pilares básicos en los que se basa la MTC. Tampoco ha sido ningún obstáculo para la MTC que estos principios contradigan lo que sabemos a ciencia cierta del funcionamiento del cuerpo humano. Según este sistema de diagnóstico y tratamiento, cuyos conocimientos se remontan a hace más de 2.500 años, la enfermedad aparece cuando se altera el flujo de la energía vital y existe un desequilibrio del Yin y el Yang . Por tanto, el papel de la MTC es restablecer ese equilibrio para restaurar la salud mediante acupuntura, hierbas medicinales, moxibustión, terapias manuales…
Puede que hace milenios, cuando los conocimientos médicos eran limitados y muy pobres, estas ideas tuvieran algún sentido. No obstante, aceptarlas en la actualidad supone tirar por la borda multitud de años y esfuerzos de investigación médica para establecer sólidos conocimientos sobre cómo funciona el cuerpo humano y cómo se producen las enfermedades. Si en su momento desechamos la ancestral y milenaria teoría de los humores, ¿por qué sigue vigente la MTC?
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Pienso que se debe educar a los ciudadanos en general, y a Los profesionales de la salud, en la importancia de la evidencia científica para el diagnóstico y tratamiento.