Agujetas: las dolorosas protagonistas tras el ejercicio físico

Colaboración con el Cuaderno de Cultura Científica.

Yoga
Imagen: StockSnap / Pixabay

Nunca es tarde para empezar a realizar ejercicio físico. Los beneficios para la salud que tiene la práctica de actividad física frecuente son claros y numerosos: aumento de la esperanza de vida, disminución del riesgo de sufrir diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer y otras muchas enfermedades, mejora de la salud mental…

Sin embargo, las personas que se deciden a tener una vida más activa y comienzan a practicar o retoman un deporte o cualquier otra actividad física se enfrentan a menudo con un fenómeno biológico que puede echarles para atrás en su iniciativa: las temidas agujetas, también conocidas como «mialgia diferida» o «dolor muscular de aparición tardía».

Prácticamente todo el mundo ha experimentado el dolor típico de las agujetas en algún momento de su vida y, a pesar de ello, las causas detrás siguen sin estar del todo claras. Es una situación muy similar a lo que ocurre con la frecuente somnolencia tras una comida pesada, existen varias hipótesis que intentan explicarlo, pero las pruebas científicas al respecto son limitadas por la escasez de estudios. Las curiosidades del cuerpo humano no son, lógicamente, una prioridad en el terreno de la investigación médica.

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