Algoritmos de bata blanca, una esperanza que hay que vigilar

Colaboración con eldiario.es.

Inteligencia artificial

La sobrecarga asistencial que sufre la Sanidad Pública en España dista de ser un fenómeno aislado. Muchos otros países como Reino Unido, Portugal y Francia se enfrentan a dificultades similares que están tensionando cada vez más los sistemas sanitarios. La insuficiente inversión, las plantillas raquíticas de profesionales maltratados y sobrecargados y una demanda de servicios sanitarios cada vez mayor –debido, en gran parte, al envejecimiento progresivo de la población– forman una tormenta perfecta para la precarización progresiva del sistema.

Ante este sombrío panorama, ¿podría la inteligencia artificial convertirse en una valiosa herramienta que ayude, junto a otras medidas, a los sistemas sanitarios a superar la crítica situación en la que se encuentran? En los últimos años, esta novedosa tecnología ha experimentado un desarrollo espectacular y sus capacidades son ya tales que es sólo cuestión de tiempo que termine integrándose en la medicina para diferentes aplicaciones. Así, el futuro de este sector está irremediablemente unido a los avances de la IA, aunque en la actualidad sólo estamos vislumbrado sus comienzos.

Un estudio reciente ha comprobado que ChatGPT sería capaz de obtener el título de médico en Estados Unidos, ya que podría aprobar los exámenes necesarios para ello. En España, esta IA también pasaría el MIR con tan sólo un 25% de respuestas incorrectas.

Diversos grupos de investigación están desarrollando y evaluando tecnologías como ChatGPT y similares para convertirse, básicamente, en un asistente virtual para el médico. La idea no es sólo potenciar la eficiencia del facultativo en sus diferentes tareas, sino también ayudarle a hacer un mejor trabajo. Se estima que alrededor del 15% de los diagnósticos médicos son erróneos. Una IA bien entrenada que apoyase a dicho sanitario podría disminuir el porcentaje de errores, al tiempo que haría más productiva su labor.

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