Con la intención de echar una mano a mis compañeros Remo y Patxi de CPI en asuntos relacionados con la medicina, una servidora tratará, en la medida de lo posible, de responder a las preguntas que envíen. Abrimos así una especie de “consulta externa” de CPI para responder a los lectores cuyas dudas tengan que ver más con temas médicos.
Esta primera consulta tendré que dividirla en dos entradas para fraccionar la información y no quede demasiado denso. Me es imposible resumirlo, sobre todo porque la segunda pregunta toca justamente un tema bastante polémico y discutido por lo que necesita una explicación desarrollada para poder comprenderlo. Podría decir la respuesta sin más, claro, pero sin explicación alguna, creérselo consistiría más en un acto de fe por parte del lector antes que una lectura crítica.
La pregunta de Vicente:
Una duda que tengo desde hace tiempo, pero que me interesa más desde que hago ejercicio es… ¿Qué hay de cierto en todo lo que se dice de las ENDORFINAS? En concreto…
1. ¿Son las endorfinas tan «maravillosas» como se dice? ¿Tienen un efecto beneficioso en el estado de ánimo, bienestar general, etc.? ¿A partir de qué «dosis»?
2. ¿Hacer ejercicio aumenta tanto el nivel de endorfinas como para que lo notemos, o es todo una especie de «efecto placebo»?
3. ¿A qué es comparable un «subidón» de endorfinas?
No sé si me he explicado con claridad. Cualquier cosa que digáis sobre las endorfinas desde vuestro punto de vista será siempre interesante. O curioso, como decís en vuestro título.”
1.
Si por una cosa se caracterizan las endorfinas es que a menudo se les da más importancia de la que tienen en realidad y ello viene acompañado sobre todo de ciertas exageraciones. Algunas afirmaciones que he leído como que las endorfinas son las moléculas de la felicidad distan mucho de la realidad.
De hecho, las endorfinas ocupan un papel secundario en todo el complejo entramado que originan los sentimientos (estado de ánimo, bienestar), cuando en realidad su principal característica es su actuación en la sensación del dolor. Refiriéndonos a los sentimientos, tienen muchísima más importancia otras sustancias como la serotonina, dopamina y noradrenalina que intervienen más activamente. No hay que olvidar que en procesos tan complejos como las emociones siempre se produce la interacción de muchas sustancias y nunca se debe por la actuación de una sustancia en particular y de forma independiente.
Pero antes de entrar en el asunto con profundidad hay que explicar algunas cosas básicas.
Las endorfinas se llaman también el opio natural del ser humano. Su nombre se debe a que se descubrieron de forma posterior a la morfina y significa “morfina endógena” ya que producía efectos similares a la morfina. Además, salvo raras excepciones, no provocan dependencia.
Sustancias como la morfina o la heroína también entrarían dentro de la misma categoría que la endorfina, pero serían sustancias exógenas (exteriores al cuerpo).
Las endorfinas entran dentro de la categoría de opioides y son neurotransmisores. Sustancias secretadas por neuronas que van a actuar sobre los receptores de otras neuronas. Pues bien, todos los opioides (endorfinas incluidas) tienen el mismo mecanismo de acción y actúan sobre los mismos receptores, aunque ya la potencia del efecto dependa de la sustancia en sí.
Por tanto, los efectos de las endorfinas serán las de cualquier opioides pero con una potencia más limitada en el tiempo. Son los siguientes:
-1.Su principal efecto y más importante es que aumentan el umbral del dolor (provocan analgesia) y combaten el estrés.
-2.Como efectos menos importantes y en los que actúan secundariamente serían: Sensación de euforia, apetito, aumento de la libido y buen estado de ánimo. También hay algunos estudios que relacionan las endorfinas con un aumento de la inmunidad y cierto retraso en el envejecimiento.
Por poner ejemplos en la actuación de las endorfinas en el dolor:
Gracias a sus efectos, un parto natural resulta mucho menos doloroso de lo que sería sin estos neurotransmisores. En esas situaciones hay un incremento de estas moléculas.
En situaciones extremas y altamente estresantes como una guerra o un atentado terrorista algunos heridos aún con lesiones importantes soportan el dolor y pueden realizar acciones para salvarse del peligro que de normal se verían incapaces de realizar porque este dolor sería insoportable. La imagen típica del soldado que sigue disparando para salvar su vida a pesar de haber recibido un balazo en la pierna es un claro ejemplo.
También ocurre durante competiciones deportivas, en las que a mitad de ellas el deportista puede sufrir una lesión y es capaz de aguantar el dolor hasta que ésta termine, momento en el cual la situación estresante desaparecerá, los niveles de endorfinas bajarán y el dolor se incrementará sustancialmente.
Actualmente, se piensa que una de las posibles causas del autismo sea por unos niveles elevados de endorfinas.
Con respecto a la “dosis” a la cual comienzan a tener efectos en la persona es muy variable. Cada uno de nosotros desde el nacimiento posee ya unos niveles predeterminados de endorfinas en reposo. Además, el efecto que éstas provocan en la persona es también muy diferente. Y también hay que añadir que cada uno tiene su propia percepción del dolor, un mismo pinchazo en dos personas distintas puede suponer mucho dolor para una y que la otra ni lo note. Por ello, el rango de dosis efectiva (dosis a la cual comienza a tener efecto) es bastante amplio.
Por comparación con otros opioides la dosis a la cual comenzaría a hacer efecto estaría entre los 2-20 miligramos por vía intravenosa (por otras vías la cantidad varía aún más). Algo bastante teórico ya que no se administran endorfinas sintéticas nada más que para investigación y no precisamente para comprobar sus efectos euforizantes y de bienestar, sino para ver los efectos que tiene sobre el dolor. Además, conseguir 5 miligramos de endorfina humana cuesta 573 euros. Así que la mejor forma de llegar a unos niveles adecuados de endorfina además de la más sana será fabricarlos de forma natural por ti mismo 🙂
Muy Interesante
Todo lo que siempre quise saber sobre las endorfinas y nunca me atreví a preguntar 😮
¡Muy bueno el artículo! Ahora que lo leo me he acordado del síndrome de Highlander que le da a la gente mayor que va en bici. ¿Que hay de cierto en ello?
Por cierto, ¡ya te he enlazado desde CPI!
Supremo, Shora. Mil gracias, y espero con ansia la segunda parte.
¿Pero cuántos blogs me voy a tener que leer? Patxi&Remo: ¿Os parece bonito? Ayer tuve que añadir Segmentation Fault y hoy Tempus Fugit. El Firefox no me da para tantas pestañas, tendré que utilizar RSS… ¡Os odio al máximo! 🙂 😉
Muchas gracias a todos 🙂
Patxi, buena pregunta lo del sindrome de Highlander. Lo explicaré junto con la segunda parte en la pregunta del ejercicio. La verdad es que teóricamente podría pasar, pero es muy muy raro. Fíjate si es raro que en libros de medicina interna ni lo nombran. Va relacionado con una angina de pecho y existen bastantes razones por la cual llegar a esa situación es extremadamente dificil. Pero claro, en medicina, puede pasar casi de todo, por muy excepcional que sea.
Muy bueno y muy trabajado. Aunque nos dejas ansiosos y pendientes de la continuación. Que angustia y estres. Voy a ver si encuentro alguna endorfina suelta por la biblioteca…. ;).
¡Hola!
Soy el que generé la consulta… Me alegro de haberla visto contestada, y tan eficientemente, y me alegro también de que a otra gente le haya parecido interesante.
Espero con ansia (bueno, no mucha, que ahora hago ejercicio 😉 ) la segunda parte…
[Por cierto, lo que más me ha gustado leer y más claro me ha quedado es que hay muchas sustancias que nuestro cuerpo genera y que influyen en los sentimientos o en el estado de ánimo…]
Como decía alguien más arriba, otro blog que añadir a mi selección de Bloglines… 🙂
Un abrazo.
Uf, y tantas sustancias que actúan…
Si los estados de ánimo y emociones fueran tan sencillos como una o dos moléculas, los problemas de depresión o ansiedad podrían solucionarse muy fácilmente, el problema es que es complejísimo. Y muchas veces no es sólo por neurotransmisores, muchas veces la causa es psicológica (por no decir casi todas) y se manifiesta mediante subidas o bajadas de neurotransmisores.
Era por nombrarlo también, a veces pecamos de tener demasiado apego a lo físico y biológico y olvidamos lo puramente psicológico. Después los psicólogos nos tiran de las orejas por no ser interdisciplinares y a veces con razón xD
Me alegro de haber cumplido las expectativas del consultor, un placer 🙂
Coñe, qué pequeño es el mundo…
Vicente, tú fuiste profesor (métodos matemáticos) de mi hermano el año pasado (lo he deducido por lo que has puesto en la entrada de los zurdos), desde luego , el mundo es un pañuelo xDDDD
¡Muy interesante! Espero la segunda parte…
Muy inteeresante, sí. Por cierto, en ésto de las endorfinas tengo entendido que las diferencias hombre/mujer sí son importantes (más que lo puramente subjetivo) y que de hecho somos nosotros el «sexo débil». Así, como no tenemos que parir, liberamos una menor cantidad de endorfinas lo que explicaría que seamos en el fondo más quejicas y necesitemos más mimos y cuidados durante un simple catarro (y si cuela, cuela…)
Un saludo.
PS: He visto que te gusta la cultura japonesa. Quizá te interese saber cómo nos ve una japonesa afincada en Madrid. A mí me parece genial su blog. http://odiocallos.blogspot.com.es/
(Perdona el offtopic)
Mikel, aún a pesar de las diferencias de endorfinas que comentas se dan ciertas paradojas.
Por ejemplo, las mujeres acuden con mucha más frecuencia y mucho antes al médico que los hombres (éstas se preocupan más y están más atentas a su estado de salud), pero por otro lado son los hombres los que se quejan más con procedimientos médicos que pueden provocar dolor físico. Es algo que se suele comentar a menudo y que se ha estudiado científicamente.
Sin embargo, aún más paradójico, el porcentaje de depresión en mujeres es el doble que en hombres. Cosa que evidencia que no son sólo las endorfinas las que intervienen en el estado de ánimo ni dan la «felicidad». Claro que hay que tener en cuenta que en la menopausia las endorfinas bajan.
Pero aún rizando más el rizo, en las enfermedades que cursan con dolor hay un claro predominio de mujeres.
Visto así, creo que se ve claramente que hay muchos más factores a tener en cuenta que las endorfinas, si no , todo parece que no tuviera sentido 🙂
Gracias Mikel por enlace, no te disculpes por el offtopic que yo suelo ser de las primeras que lo empiezan 😛
Impresionante. Magnífico.
Saludos
Estupendo el post, como siempre.
Creo recordar que no se había demostrado que uno sexo produjera más o menos endorfinas que el otro, corrígeme si me equivoco.
Mi teoría es que la mayor parte de las diferencias en el umbral del dolor se debe a factores culturales y ambientales. Los chicos suelen ser más quejicas e impresionables con el dolor, ciertamente, es un hecho comprobado en todas las consultas, pero realmente es algo bastante selectivo y modulado psicológicamente.
Va una batallita de cuando hacía guardias de urgencias generales: típico chico joven que no se le ocurre otra cosa que darle un puñetazo a la pared. Llega a urgencias con 2 huesos rotos en la mano derecha (2º y 3º metacarpiano) y una brecha muy fea que permitia ver los tendones. El chico llegó con toda tranquilidad, poniéndonos el pasillo de entrada perdido de sangre. Para ponerle la anestesia para coserle, había que agarrar al chico entre varios porque le dolía mucho el escozor de la anestesia (algo poco molesto). Cuando el chico se estaba haciendo el gallito y se machaca los huesos contra la pared no le duele, pero cuando está solo en un ambiente de hospital, se «desinfla» y le duele todo.
Muy interesante y muy denso (es decir, perfecto), he tenido que esperar a estar despejada para poder enterarme :P.
Supongo que con los accidentes de coche pasa lo mismo, sube el nivel de endorfinas y en principio sólo te enteras de que tienes un abollón en el coche, luego te das cuenta de que tienes varios tirones musculares (si no algo peor).
Has hecho un pequeño comentario sobre el autismo, si algún día pudieras comentarnos algo más sobre el tema… 😉
Yo también espero la 2º parte con ganas 😀
Ocularis, mira este enlace de la sociedad de neurociencia:
«The results were striking. When estrogen levels were high, the women showed marked increases in their ability to release endorphins and activate the mu-opioid receptors—increases that rivaled and even surpassed those of men. The women also rated the intensity and unpleasantness of the pain lower than they had when their estrogen levels were low.»
Bueno, la pega está en que los neurólogos están demasiado apegados a los neurotransmisores para explicar comportamientos y hacen bastante asco de explicaciones psicológicas. Pero, al parecer sí que tienen las mujeres una mayor capacidad para liberar endorfinas.
De todas formas yo tengo una hipótesis para eso que comentas que es cultural y ambiental.
Creo que, de forma general, el hombre ante una misma situación dolorosa siente más dolor que la mujer. Lo que pasa que ver quejarse a un hombre está socialmente peor visto que una mujer. De ahí que aunque sienta más dolor intentará aguantarlo estoicamente (pero eso no significa que no lo sienta). Mientras que la mujer ya desde el comienzo no suele tener reparos en expresar ese dolor, aunque lo sienta menos (ya que no está mal visto por la sociedad ).
De ahí que cuando el hombre pasa a estar de un ambiente rodeado de bastantes personas a uno más cerrado con desconocidos cuya tarea es curar, deja que aguantar el dolor porque quizás (consciente o inconscientemente) piensa que nosotros no juzgaremos su comportamiento como la sociedad en general. De ahí que entonces surjan los famosos quejicas que todo el mundo ha visto alguna vez.
Vamos, lo que quiero decir, es que en el dolor tenemos que tener dos cosas en cuenta. Lo que siente el paciente y lo que en realidad expresa. Que no tiene que ser ni mucho menos una cosa igual a la otra.
Y, como se puede ver, el machismo, no sólo perjudica a la mujer, la imagen del «machoman» que se intenta inculcar al hombre como que no deben llorar, no deben quejarse, etc, etc, también les perjudica a ellos. Por un momento en pensado en cambiar sociedad por zoociedad xD
Wenas, me uno al coro de alabanzas. Muy bueno. Aún así debo decir que los «quejicas» no comenzamos a quejarnos ante el medico por que creamos que el no nos juzga como el resto de la sociedad si no por dos razones claras. La primera por que si quieres una analisis medico es de idiotas omitir dolores, Sobre todo si el presente tiene un bisturi y la pretensión de abrirte el cuello.
¡La otra es simple y llanamente para conseguir la baja! Haber si el mu cabrón me manda a trabajar el mismo dia con la supuesta terrible enfermedad que seguro que tengo. No señor. Aún así yo soy terrible con eso, siempre acabo trabajando de nuevo. Y mi primo que consigue bajas de semanas y meses. Eso si que es talento
En la conducta masculina del puñetazo contra la pared no hay que descartar el factor testiculina como inhibidor de respuesta a nivel social…
Lo curioso también del tema del dolor, las mujeres y los factores socioculturales es el dolor menstrual (algo que, por razones obvias, conozco sólo por estudios y así): parece que las españolas son las europeas que más verbalizan su dolor pero no las que más analgésicos específicos consumen. ¿Tenéis algún dato sobre ésto?
Saludos.
Tostadilla, mejor que te mantengas en el anonimato, no vaya a ser que nos encontremos alguna vez en consulta, porque ya sabes que no te daré la baja xDDDD
Desde luego, vaya fama nos ponéis, ni que el bisturí lo utilizáramos como quien corta fiambre…
Mikel:
En cuanto al dolor menstrual (dismenorrea se llama) también ocurre que en esos días hay una bajada de endorfinas (que comienza con el temido síndrome premenstrual). La verdad es que desconozco esos datos que mencionas de uso de analgésicos y dolor en españa.
Personalmente, es una putada como una casa, porque para las dismenorreas más dolorosas los analgésicos y anticonceptivos que se recetan normalmente no hacen nada. Y lo único que te queda es guardar reposo o ir a que te inyecten analgésicos más potentes por vía endovenosa por lo que tienes que ir al hospital. Al final la mayoría que sufre ese tipo optamos por guardar reposo, aguantar lo que se te viene encima y tener instintos asesinos hacia los publicistas de los anuncios de compresas y tampones.
Vaya, como se anima el tema.
Interesante el link que has puesto, Shora. Has referenciado un párrafo del artículo, en el que aclara que una de las vías de producción de endorfinas es dependiente de los estrógenos, por lo que sería lógico pensar que en mujeres esta vía tendrá mayor eficacia. El problema es que hay otras vías, y no sabemos cuáles son las más importantes. Los investigadores estudian las que conocen, las que todavía son desconocidas no. Pero dado que es un hecho que las hormonas sexuales van configurando y adaptando el cerebro a lo largo de la vida, es lógico pensar que cada sexo se adapta a sus mecanismos propios.
Más interesante me parece el párrafo posterior, cuando hacen el ensayo en humanos (al fin y al cabo, los descubrimientos médicos sólo tienen peso si son clínicamente relevantes):
«In a study involving 14 men and 14 women, Zubieta found significant differences in how the brains of men and women respond to pain. The men experienced an increase in the amount of endorphins released in certain regions of their brains during the painful state of the experiment, while most of the women showed a decrease. The participants were asked to rate the intensity and unpleasantness of the pain. Women consistently gave higher ratings for both.»
Este estudio diría que la respuesta de las endorfinas es mayor en el hombre, y por tanto éste tiene menos dolor. Personalmente, tampoco me lo creo, no creo que de forma genética un sexo esté mejor adaptado al dolor que el otro.
En cuanto a los «quejicas» que se ha ido hablando, creo que a veces lo que les pasa es que tienen miedo al dolor, un miedo irracional que no quieren controlar. Yo el miedo lo entiendo, pero el componente irracional lo tolero menos. Sobre todo cuando el problema es que hay que hacer una prueba que supone cierta molestia o dolor al paciente (lo habitual es que sea perfectamente soportable). Cuando dificultan la labor sanitaria y hace que el paciente colabore mal con el médico o la enfermera, es algo que llevo mal. La actuación busca el beneficio del paciente, y encima le tienes que convencer varias veces y casi hacer a la fuerza. Cuando son adultos, a veces dan ganas de desistir a la primera, cesar el acto médico en ese momento y que el paciente vuelva cuando controle sus emociones.
También el quejica puede suponer un problema, y no para de repetirnos lo mal que está con su dolencia, debido a:
1) La medicina es limitada, no siempre podemos quitar todo el dolor en todo momento
2) La salud del paciente es tan importante (y a veces más) que quitar el dolor, por lo tanto algunas actuaciones pueden ser más urgentes o prioritarias que quitar el dolor.
Vaya, Ocularis, se nota al vuelo que has sufrido bastantes veces el comportamiento de los quejicas… Algunas veces hay que tener una paciencia….
Pues en mi vida he conocido un quejica que no fuera mujer, el caso mas importante fue cuando, en una competicion de judo (soy judoka, k pasa XDD) uno de mis compañeros de ekipo se dio un golpe muy fuerte en la pierna, no recuerdo porque, y desde el tatami tirado en el suelo nos dijo: «¡¡Llama a mi casa!! ¡¡Dile a mi perro que le quiero!!» Asi que no creo que cuente como quejica sinceramente XDDD
Pues sí, creo que se nota xDD
También es cierto que lo de ser quejicas es cultural. Por ejemplo, hay culturas que no se quejan nunca. Los rumanos, por ejemplo, son de piedra, no se quejan por nada. Dejan a «macho ibérico» a la altura del barro 🙂
Hola, Shora.
Acabo de leer la coincidencia que comentas… Efectivamente, el año pasado impartí Métodos Matemáticos II, en la Escuela de Industriales. Y también lo hago este año… De hecho, es lo que más tiempo me ocupa (entre dar clases y prepararlas) en estos momentos.
¿Aprobó tu hermano? Espero que sí. La gente de Industriales suele ser bastante «buena»…
De hecho, para mí, la característica más común a los estudiantes de Industriales de «esta nuestra Universidad» es la EFICIENCIA. Siempre hay de todo, está claro, pero en general, noto que se trabaja muy fácilmente con ellos porque maximizan (término propio de la asignatura que imparto, je, je) el rendimiento en relación al esfuerzo.
Por cierto, si no es mucho preguntar, ¿qué estudiaste/estudias tú?
jejeje, sí que aprobó (sacó un diez).
Yo estudio medicina, no se nota, ¿verdad? xD
Sí, creo que ya sé quién es (he mirado en la «orla» del año pasado). Me suena su cara. Es que yo el año pasado sólo daba prácticas…
¡Un 10! Me alegro…
Bueno, pues ánimo con Medicina… Por cierto, no es por nada, pero si ahora eres capaz de saber/buscar y explicar(nos) tan bien tantas cosas relacionadas con la Medicina, no me quiero imaginar qué pasará cuando termines tus estudios… 😉 ¿Te has planteado ser profesora en un futuro?
Gracias Vicent, pero la verdad es que se me da mucho mejor explicar las cosas por escrito que hablando espontáneamente. Aunque, claro, no es que tenga mucha costumbre en esto último, todo es cuestión de practicar.
Nunca me ha llamado ser profesora, antes hay otras ocupaciones que me interesan mucho más. Pero quién sabe qué terminaré haciendo (ni yo aún lo sé)