Colaboración con Investigación y Ciencia.
Cada año, centenares de miles de personas, sobre todo ancianas, mueren en el mundo por enfermedades agravadas o desencadenadas por la gripe estacional. Las campañas anuales de vacunación contra los virus de la gripe atenúan, hasta cierto punto, el daño. Sin embargo, la eficacia de estos medicamentos preventivos es reducida (oscila entre el 50 y el 60 por ciento), lo que impide mitigar aún más el impacto de la gripe sobre los sistemas sanitarios cada invierno.
La baja eficacia de las vacunas contra la gripe se debe a dos factores principales. En primer lugar, los virus influenza, responsables de la gripe, tienen una gran capacidad para mutar y generar cepas y variantes diferentes en un periodo corto de tiempo. Como segunda razón, la circulación de las principales variantes de virus es muy cambiante de año en año. Los especialistas intentan predecir con anterioridad qué 3 o 4 cepas virus van a predominar en la próxima temporada de otoño e invierno en cada hemisferio del planeta para incluirlas en la vacunación, pero esta tarea dista de ser precisa y no es posible acertar siempre.
Una vacuna universal contra la gripe, que provocase una respuesta inmunitaria efectiva frente a todos o casi todos los virus influenza, sería la mejor opción para atenuar al máximo el daño que provocan estos virus cada época invernal. Además, una vacuna así también podría ayudar a prevenir o mitigar el impacto de futuras pandemias de gripe. A pesar de los intensos esfuerzos científicos durante una década, aún no ha sido posible conseguir una vacuna universal eficaz en humanos. Ahora, un equipo de investigadores de Estados Unidos y Canadá presentan en la revista Science una potencial vacuna universal contra la gripe que es eficaz en animales.
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