Colaboración con eldiario.es, publicado en la revista: Internet, el futuro y la libertad.
A finales del siglo XIX, con la invención del telégrafo, comenzó una nueva etapa para la medicina: la telemedicina. Esta tosca aunque innovadora forma de comunicación fue el primer embate contra la tiranía de la distancia, el primer recurso para derribar las barreras físicas en la atención sanitaria de pacientes localizados a kilómetros y kilómetros de distancia. A partir de ese momento, cada avance en las tecnologías de la información y de las comunicaciones ha servido para acercar poco a poco la medicina más a los pacientes, independientemente de dónde estuvieran. En este sentido, el teléfono fue un paso intermedio imprescindible para la interacción más fluida entre el personal sanitario y los pacientes.
o obstante, ha sido la llegada y generalización de Internet en todo el mundo la que ha supuesto un progreso sin precedentes para la interconexión de personas en el mundo sanitario, recortando virtualmente las distancias entre ellos hasta límites extremos. Y, pese a todo, como se suele decir, lo mejor está aún por llegar…
El futuro de la telemedicina está íntimamente ligado al futuro de Internet y, por tanto, la forma en que esta tecnología evolucione influirá en cómo la atención sanitaria llegará a nosotros a través de la distancia. Eso sí, siempre con cierto retraso. Que una tecnología esté preparada y lista para que podamos hacer uso de ella no significa que inmediatamente podamos recurrir a ella en el área sanitaria.
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