La precariedad de la Atención Primaria dificulta prevenir los suicidios: “No puedes despachar a un paciente en seis minutos”

Colaboración con eldiario.es.

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El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España y una tragedia que va en ascenso. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de suicidios se ha incrementado año a año desde 2018. Los últimos datos disponibles señalan que 4.003 personas se quitaron la vida en 2021, un 13% más que en 2018, lo que supone en torno a 11 suicidios al día. La pandemia ha contribuido de forma notable a esta tendencia y los datos preliminares apuntan a que en 2022 hubo aún más casos que en años previos.

La tendencia al alza de la tasa de suicidios, que alcanza las 8,4 muertes por cada 100.000 fallecimientos y se acerca a la media mundial de 9 que marca la Organización Mundial de la Salud, llega en el punto álgido de las reivindicaciones de profesionales de la Atención Primaria. Aunque las causas que llevan a una persona a quitarse la vida son multifactoriales, nadie niega la labor de estos sanitarios en la prevención que se realiza en los primeros escalones asistenciales del sistema y su papel clave para abordar la problemática.

La Atención Primaria es una de las patas que sujetan la detección y prevención de suicidios por varias razones. Por un lado, es muy frecuente que las personas que contemplan quitarse la vida acudan a la consulta por este u otros motivos. Ya en noviembre de 2021, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria señalaba que el 40% de los individuos que tuvieron un intento de suicidio habían acudido a consulta con su médico de cabecera la semana previa.

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