Colaboración con eldiario.es.
En la primera parte de esta serie de artículos, «Los tres mayores patinazos del ecologismo sobre la salud humana (I): de espaldas a la física», nos centrábamos en la demonización que han realizado diversas organizaciones ecologistas de las radiaciones electromagnéticas no ionizantes de los teléfonos móviles y wifi. Se explicaba, además, por qué no existe ningún estudio que haya demostrado efectos perjudiciales de estas radiaciones sobre la salud humana.
En esta segunda entrega nos centramos en uno de los grandes caballos de batalla ideológicos del ecologismo: los transgénicos y las modernas técnicas de modificación genética como CRISPR/Cas9. Como incidía en el artículo anterior, sabiendo el gran beneficio que puede aportar el ecologismo al mundo y a los seres humanos y conociendo los grandes retos ambientales a los que nos enfrentamos en la actualidad, resulta deplorable que multitud de organizaciones ecologistas inviertan tiempo y dinero en medidas alejadas de la ciencia para espantar fantasmas que no existen. Las modernas herramientas biotecnológicas para la mejora de los alimentos han sido uno de los principales fantasmas de un ecologismo que no entiende o no quiere entender en qué consisten y cuáles son sus verdaderos riesgos.
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