Colaboración con Hipertextual.
Aunque pueda parecernos de lo más cotidiano y habitual, lavarse las manos con agua y jabón por motivos higiénicos, se trata, en realidad, de una práctica relativamente reciente en la historia de la humanidad. De hecho, las personas comenzaron a lavarse las manos para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas hace apenas dos siglos. Solo desde que científicos como Semmelweis, Pasteur o Lister descubrieran la importancia de la higiene y que detrás de muchas enfermedades se escondían microorganismos invisibles para el ser humano (la teoría microbiana de la enfermedad), medidas como el lavado de manos se extendieron por la sociedad occidental del siglo XIX.
La historia de los geles y soluciones hidroalcohólicas (SH) para la higiene de manos es mucho más reciente. Fue la enfermera Lupe Hernández, que residía en Bakersfield (California) quien inventó en 1966 una nueva forma de desinfectarse las manos sin tener que acudir al lavabo para usar agua y jabón: los desinfectantes para manos. La idea le llegó mientras estaba estudiando para ser enfermera, cuando se dio cuenta de que la administración de alcohol en gel podía ser un método efectivo para eliminar la mayoría de microorganismos en las manos.
Seguir leyendo en: Sorpresas inesperadas: positivo en alcoholemia por el uso de desinfectantes para manos