Colaboración con Investigación y Ciencia.
Los dispositivos móviles tienen una presencia cada vez más destacada en casi todos los ámbitos de la vida de las poblaciones occidentales: relaciones sociales, trabajo, educación, sanidad, entretenimiento, información… De forma paralela, el tiempo de uso de los teléfonos móviles, las tabletas y los ordenadores se ha incrementado sustancialmente en los últimos años. El fenómeno se ha visto reforzado por los confinamientos y las restricciones de movilidad implantadas durante la pandemia. España destaca en Europa por el tiempo que sus habitantes destinan a los móviles: de media, emplearon 4,8 horas al día en 2021 en estos dispositivos.
La infancia temprana es un período crítico en el desarrollo emocional y cognitivo de los niños. Diversos estudios sugieren que el control cognitivo del comportamiento y la regulación de las emociones son fundamentales en el futuro escolar de los infantes, pues les permiten mantenerse calmados, concentrados y ser flexibles cuando se enfrentan a nuevos retos. No obstante, los berrinches son un comportamiento natural en este colectivo y los niños dependen de los cuidadores a la hora de aprender estrategias para afrontarlos. En su lugar, los dispositivos móviles se han convertido en un recurso fácil y rápido para calmar a los infantes cuando sufren una rabieta.
¿Podría el uso frecuente de tabletas y teléfonos móviles para apaciguar a los niños tener consecuencias en su control emocional? Un nuevo estudio, cuyos resultados se publican en la revista JAMA Pediatrics, indaga en esta cuestión. Los investigadores de la Universidad de Michigan reclutaron a 422 padres y 422 niños de entre 3 y 5 años entre agosto de 2018 y enero de 2020. La gran mayoría de los infantes era de etnia caucásica (74 por ciento) y el 60 por ciento de los padres tenía al menos un título universitario.
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