Colaboración con eldiario.es.
El testamento vital, también llamado instrucciones previas o voluntades anticipadas, es el documento por el cual se registran cuáles son las voluntades anticipadas de la persona en caso de desarrollar una enfermedad que le imposibilite comunicarse o ante la muerte. Está regulada oficialmente en España desde la implantación de la ley 41/2002, con diferentes leyes en cada comunidad autónoma que establecen cómo llevarse a cabo. A pesar de que el testamento vital lleva más de 16 años de recorrido en nuestro país, apenas un 0,6 % de los españoles (alrededor de 265.000 personas) ha registrado su testamento vital. La mayoría de las personas que formalizan su testamento vital (el 50 %) son mayores de 65 años y tan solo el 16 % de ellas tienen entre 31 y 50 años.
¿Por qué el testamento vital está tan poco implantado? Son numerosas las razones que explican este fenómeno. Por un lado, existe un gran desconocimiento de la población sobre este documento. Aunque sea un derecho para los pacientes ofrecido por la Sanidad española, se trata, en realidad, de un derecho semioculto. La Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) explica esta situación: «Las campañas de información sobre el testamento vital promovidas por las instituciones han sido pocas y de baja intensidad. Navarra es la única comunidad que, más o menos, se ha tomado en serio (y se nota en sus datos) promover el documento de instrucciones previas. El Ayuntamiento de Barcelona hizo unos dípticos en colaboración con DMD Catalunya. Nuestra impresión es que la mayoría de las charlas y talleres de promoción del testamento vital las organizan los distintos grupos de DMD y que las comunidades autónomas (y muchos médicos) no le hacen ningún caso. A nosotros aún nos llega mucha gente que nos dice que su médico les ha dicho que “eso no vale para nada”.
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