Colaboración con eldiario.es:
La historia de la humanidad está plagada de guerras, pero ninguna de ellas ha influido tanto ni ha causado tantas muertes como la guerra biológica que libramos eternamente contra los virus y las bacterias causantes de enfermedades infecciosas. Durante prácticamente toda nuestra historia, esta lucha ha dependido casi exclusivamente de nuestro sistema inmunitario. Sin embargo, con el descubrimiento y la producción en masa de la penicilina en el siglo XX, comenzó una etapa dorada para el ser humano en la guerra contra las bacterias: la era antibiótica. Por primera vez en la historia de la humanidad teníamos armas, más allá de nuestro sistema inmunitario, para contraatacar.
Gracias a los antibióticos, no sólo hemos sido capaces de tratar fácilmente enfermedades bacterianas que en otro tiempo eran una sentencia de muerte, sino que su uso ha permitido el desarrollo de cirugías y otros tratamientos médicos que hubieran sido una temeridad en el pasado. Tal es la importancia de estos preciados fármacos que, sin ellos, se estima que la actual esperanza de vida en los países desarrollados disminuiría 20 años. No obstante, esta época dorada está entrando en una verdadera crisis y las bacterias, que en su día tratábamos sin problemas, llevan décadas ofreciendo más y más resistencias a más y más antibióticos.
Leer más en: Antibióticos: Revolución o muerte