De tónicos capilares, placebos y expectativas

placebos
Hace una semanas, estando en consulta de dermatología y aprovechando algún descanso entre pacientes, me puse a curiosear un panfleto de un fármaco muy conocido contra la calvicie en hombres. No diremos nombres, que ya sabemos que para que se anuncie un medicamento en este blog se tienen que cumplir una de estas cuatro premisas básicas:

-1. Que forme parte de nuestra historia. Como por ejemplo la Aspirina.

-2. Que los publicistas se hayan rotos los cuernos para conseguir un anuncio original. Ej: Dolor de Cabeza. Por supuesto, clara mención a que lo que merece la pena en sí es el anuncio y no la marca.

-3. Que marcaran un antes y un después. Tanto en lo beneficioso, como en lo catastrófico.

-4. Que sea una estafa, para anunciarlo aquí como tal.

(No está de más dejarlo por escrito en algún lado, que mi intuición me dice que me será útil en algún momento)

De todas formas, creo que sólo se utilizan dos o tres fármacos para la calvicie. Por lo que, seguramente, alguien ya sabe de cual estoy hablando.

Lo que me llamó la atención fue la forma en la que realizaron parte del estudio y su correspondientes resultados:

Placebo

Y es que parte del estudio es subjetivo, a través de la autoevaluación del paciente con respecto a la evolución de su precaria cabellera. Dicho de otra forma, el enlentecimiento de la caída del pelo y la mejoría en su crecimiento se basan en opiniones personales. Que, como veremos más adelante, tienen la misma fiabilidad que una predicción meteorológica para dentro de un mes.

Tras un rápido análisis de los resultados, te das cuenta de por qué cosas como lociones capilares, champús y demás potingues contra la calvicie se vendieron tan bien durante bastante tiempo. ¿Alguien de aquí recuerda a Jesús Puentes (que en paz descanse) anunciando uno de ellos? Tengo el nombre de la famosa loción anunciada en TV en la punta de la lengua.

Ya me dirán los resultados que iban a dar toda esa variedad cosmética cuando aún no se conocía lo que desencadenaba la calvicie. De hecho, es un descubrimiento de hace no muchos años. Toda la vida se sabía que había una causa genética, pero lo que no se sabía era que la dihidrotestosterona o DHT (una hormona sexual masculina) era la que determinaba la caída del pelo. Aún así, no crean que está muy claro el mecanismo por el cual la DHT provoca la desaparición de los folículos pilosos.

Como iba diciendo, resulta interesante la gráfica, sobre todo en la muestra de 15 individuos que tomaron placebo. Un 67% de ellos pensaban que el pelo se les caía más lento y un 40% incluso pensaba que el pelo crecía mucho mejor. ¡Tomando algo que no funcionaba para nada!

Seguramente alguien dirá que será el poder de la mente que es una maravilla y que todo funciona mucho mejor en el cuerpo cuando hay optimismo y expectativas al tomarse algo para combatir un problema. Para el que esté pensando eso, debe ser que también se hicieron fotografías seriadas en el tiempo donde los médicos SÍ valoraban objetivamente los progresos tanto en los que habían tomado placebo como los que habían tomado el Fármaco X. Los resultados fueron que sólo el 7% de los que tomaron placebo mejoraron el estado de su pelo. Y no creo que fuera por el placebo sino por los caprichos de la madre naturaleza y el estado hormonal del paciente.

Los porcentajes restantes (60% y 34%) vivían en una ilusión que se habían creado ante las expectativas de lo que tomaban. Ilusión que me imagino que se destrozarían cuando vieran unas crudas fotografías de sus cabecitas en el tiempo.

Y si esto ocurre con un placebo, no lo duden, también ocurrirá con productos «milagro», llamémosle lociones, tónicos capilares, cremas o estafas, lo que prefieran. Y, en los casos donde se aplican esos productos, la situación favorece aún más la fe en ellos. Básicamente porque:

-Se ha gastado un dinero.
-Hay una confianza previa que lleva a comprar el producto.
-Hay famosetes que lo anuncian.
-A nadie le gusta reconocer o sentir que le han estafado.

Vamos, que la cantidad de autoevaluaciones inmersas en el mundo de la fantasía darían miedo por su alto porcentaje.

En fin, es lo que tienen las expectativas, que aunque una cosa no funcione, el engaño a sí mismo que se ha montado la persona le impide ver lo que tiene delante de sus narices: Que lo que está tomando no le sirve absolutamente para nada y está perdiendo el dinero y el tiempo. Y cuanto más desesperada esté la persona por solucionar su situación más proclive será a caer en engaños.

Y todo esto del placebo no crean que sólo tiene su importancia en estudios clínicos. A parte de otras muchas cosas, a veces, el placebo se utiliza para conformar y deshacerse de algunos pacientes cuya tolerancia a la frustación es similar a cero. Son esos pacientes que se niegan a aceptar que la medicina no tiene una cura para sus problemas («Con lo avanzada que está, en pleno Siglo XXI»). Un caso llamativo son las estrías en la piel que aparecen en embarazadas. A día de hoy, todos los médicos saben que no hay ninguna crema o fármaco que las solucione. Pero, y cito las palabras de algún médico: «Se recomienda recetar placebo cuando la paciente se niega a aceptar que no se pueden hacer nada por sus estrías». Con eso, y el mecanismo de autoevaluación en el mundo de fantasía que hemos mencionado anteriormente, muchos de esos pacientes quedarán conformes y felices durante mucho tiempo.

Lo que no quita que sea un engaño y que estás haciendo que el paciente se gaste dinero inútilmente (no entran en la seguridad social). Pero claro, son mano de santo, es como decirle a un niño que si se porta bien se le va a comprar tal regalito.

Lo que sucede al final es que el niño se convierte en un malcriado pensando que se pueden aceptar todas sus exigencias. Con los pacientes, igual. Si no pueden tolerar la realidad de un problema y afrontarlo como adultos, que maduren un poco. Porque los médicos no están tampoco para engañar ni para aceptar exigencias imposibles. Lo que necesitan no son placebos sino alguien que les recuerde que la frustración forma parte de la vida y no todo en nuestra realidad está como a nosotros nos gustaría.

23 comentarios sobre «De tónicos capilares, placebos y expectativas»

  1. Y podríamos seguir con las cremas antiarrugas, los liposomas y una serie increíble de moléculas patentadas que no sabemos ni para qué sirven.

    Por cierto, ¿el principio activo del champú que viste era el minoxidil? Tenía entendido que era de lo poco que funcionaba. También he visto que algunos médicos mandan finasteride (yo tampoco pongo marcas comerciales ea), aunque a mí me parece un poco bruto como tratamiento.

  2. La Dermatología es una especialidad de la Medicina en la que andarse con pies de plomo, porque hay patologías que no tienen una cura rápida y muchas veces definitiva, requiere mucha constancia a la hora de seguir el tratamiento y las lesiones suelen ser más evidentes que otras que no sean dermatológicas.En la consulta de los dermatólogos muchos pacientes se transfiguran en niños chicos enrabietados por no tener una cura rápida y definitiva a sus males sin tener que seguir un tratamiento prolongado.
    Yo he visto productos increíbles como un champú anticaspa de color naranja butano que contiene en su composición hipoclorito sódico (sí, señores, lejía, de hecho el champú al formar jabón echa una fragancia…), cremas de baba de caracol, fabulosos antiarrugas con coenzimas y hormonas vegetales, cremas para aumentar el volumen del pecho o de los labios con sólo dos aplicaciones al día y podría seguir con una larga lista de productos vendidos en parafarmacias y centros de estética.
    Un saludito

  3. Yo coincido con el análisis final del asunto y apoyo el hecho (ya que no es una teoría) de que todo esto tiene mucho que ver con la inmadurez de muchos, la ingenuidad de otros, y los dos hervores que les faltan a los dos de más allá. La información, y sobre todo la madurez, ahorrarían mucho trabajo a los profesionales y mucho dinero a los afectados de algunos problemas físicos y psicológicos.

  4. Pingback: meneame.net
  5. Azuara:

    Sí, básicamente los dos fármacos que recetan los médicos contra la calvicie son minoxidil (en loción) y finasteride (en comprimidos). El caso del que he hablado en el post es del finasteride (tú ya sabrás cual es la marca más conocida 😉
    Los resultados que aporta este último son bastante favorables, pero claro, se tiene que tomar durante toda la vida y no funciona para algunos hombres.

    Y sí, la cantidad de posibles efectos secundarios del finasteride es bastante hermosita. Le enseñé el folleto a mi hermano y dijo que prefería quedarse calvo a ser un posible impotente xD

    Etiam:

    «Yo he visto productos increíbles como un champú anticaspa de color naranja butano que contiene en su composición hipoclorito sódico (sí, señores, lejía, de hecho el champú al formar jabón echa una fragancia»¦)»

    Jajaja, pues hay cremas con urea y alquitrán que van muy bien para la psoriasis. Pero eso sí, la crema con alquitrán echa un pestazo que te deja en el sitio xDD

    AOH/Rasczak:

    «La información, y sobre todo la madurez, ahorrarían mucho trabajo a los profesionales y mucho dinero a los afectados de algunos problemas físicos y psicológicos.»

    Además de muchas menos agresiones físicas a esos profesionales.

  6. El placebo es un gran invento, pero hay que usarlo con precaución y cuidado xD Lo que tengo claro es que sin la esperanza de algo que nos «cure» no buscariamos las respuestas, pero tambien hay que saber cuando parar y ser pacientes.

  7. Yo empecé a quedarme calvo con quince años. Las únicas pócimas que utilicé durante un tiempo fueron mascarilla de yema de huevo en el pelo y lavármelo con cerveza -creo que de ahí me viene la afición xD-. Amigos míos comenzaron con serios problemas de caída de pelo quince años después. Se han gastado auténticas fortunas en clínicas de tratamientos contra la calvicie.
    Diez años después estamos todos igual de guapos. 😉
    A mi me dá lo mismo, pero ¿no se puede hacer nada desde la administración para luchar contra estos estafadores de bata blanca?

  8. josemanuel:

    «A mi me dá lo mismo, pero ¿no se puede hacer nada desde la administración para luchar contra estos estafadores de bata blanca?»

    Si lo dices por todos los que venden esos potingues de eficacia no probada, sí. Y de hecho se denuncian, lo que pasa que cuando se retira uno aparecen cinco más de la nada. Las estafas son un chollo.

    Si te refieres a los médicos que los recetan para los pacientes intolerantes, que yo sepa no se hace nada sobre ellos (es una medida que no hace gastos en la sanidad pública). Pero sí que podría ser denunciable por engaño por parte del propio paciente.

  9. El problema de los pacientes inconformes es más difícil de lo que puede parecer desde fuera. La gente cada vez es más demandante (y menos educada). Y no es función del médico educar ni hacer madurar a la población. El problema es que la atención médica la solicita el paciente. Una vez dada la información objetiva de cómo están las cosas (no, no hay solución milagrosa para la calvicie o las arrugas), ya no hay más actuación médica. Pero el paciente no se va de la consulta, sigue insistiendo en que le demos una solución, con frecuencia no atiende a razones. Aunque le des el alta, vuelve a pedir consulta. Aparte de sobrecargar la consulta, «quema» al médico.
    No defiendo que sea bueno «mentir» al paciente, ni mucho menos, pero el problema no está sólo en el médico que recete placebos. El sistema no favorece al médico, que se encuentra todo en su contra cuando se enfrenta a esa situación. El paciente muchas veces tiene «demasiado» acceso al especialista, da igual que no guarde las formas o que no acepte el criterio del profesional, siempre tiene vía libre. Nada modera y limita la actuación del paciente, mientras que el médico siempre está en el punto de mira (está de moda denunciar a los médicos, ya se sabe)

    Es sólo mi opinión, pero lo políticamente correcto es que las leyes siempre se inclinen sobreprotegiendo al paciente, en detrimento del médico.

  10. Ocularis:

    Ten en cuenta que lo digo desde el idealismo de alguien que aún es estudiante 😛

    Tienes razón en que las denuncias son cada vez mayores (y más que aumentarán) pero si un paciente se decidiera a denunciar a un médico por no darle nada y la razón fuera que en realidad no existe nada para tratarla, la denuncia no seguiría adelante. Porque es algo que no tiene ni pies ni cabeza. Ahora bien, si se receta un placebo a un paciente exigente y éste más tarde denuncia porque el tratamiento era una estafa, la denuncia sí que puede seguir perfectamente adelante y el médico ser recriminado por ello.

    No creo que decir «NO, no hay nada que pueda curarle o hacerle más leve lo que tiene» sea tan difícil. Si todos los médicos mantuvieran esa misma postura el paciente aceptaría que es así, porque lo más seguro que iría de médico en médico para comprobar que le dicen la verdad.

  11. mmm… por no demonizar al paciente impaciente, quisiera comentar un par de cosas desde el punto de vista del mismo:
    Vale, tenéis razón en que no es formalmente correcto mentir al paciente, pero si una vez explicado el tema de que no hay solución y de que los productos existentes equivalen a tirar el dinero, la persona sigue insistiendo en que quiere un tratamiento, creo que está pidiendo a gritos que se le recete un placebo. Cumplir los deseos del cliente explicando la opinión que se tiene sobre el producto solo trae beneficios. ¿Cuanto durarían estas reticencias a «mentir» al paciente si aumentase la relación entre la retribución del médico y la evaluación de la satisfacción del paciente?
    Otra cosa que hace crecer la desconfianza de algunos pacientes, es el conocimiento que se filtra de que en ocasiones existen tratamientos eficaces que no se administran porque prima el criterio de ahorro económico de la administración. Por poner un ejemplo: el retraso en el inhalador de insulina.

  12. yulbeast:

    Sí, en caso de que ya se le avise de que lo que hay no sirve para nada y aún así lo quiere (la verdad, no me entra en la cabeza tanto masoquismo, pero puede darse) pues se le manda y no hay ningún problema porque no hay ningún engaño de por medio y al fin y al cabo, lo único que sale perjudicado es el bolsillo y no la salud.

    Lo de los ahorros económicos de la administración ya no son cosa de los médicos, sino de la propia administración. Los médicos somos tan dependientes de ésta como los propios pacientes (o incluso más). Y desde luego, por falta de quejas en el sector médico no es (sueldo, excaso tiempo por paciente, lista de esperas enormes, equipación anticuada…)

  13. Ya se que esto no es un foro, así que quizás mi pregunta no sea adecuada, pero a ver si puedes satisfacer mi curiosidad:
    El tema es la prohibición de publicidad de medicamentos: «queda expresamente prohibida la promoción, publicidad o información destinada al público de los productos incluidos en el apartado 1».
    ¿Que te parece y crees que le parece entre tu profesión esta prohibición?
    (Ya se que cada uno habla en su nombre, pero mi curiosidad se contenta con pocas muestras 🙂

    Por fijar un poco el origen de mi curiosidad y mi punto de vista, nace de un sentimiento de que el campo de la medicina está, para bien y para mal, mucho más regulado y restringido respecto del público que otros ámbitos de la vida y de la economía.

  14. A mí me parece bien lo de restringir los anuncios de medicamentos. De hecho habrás notado que en mi blog procuro no mencionar ninguna marca de medicamentos o si los menciono, que sea por el principio activo.

    Los fármacos no son productos de consumo normales, si se toman, se toman por necesidad y no porque tal o cual anuncio me induzca a comprarlo. Cuando se tiene en cuenta la salud, cuanto más regulados estén mejor. Porque prácticamente todos tienen efectos secundarios y debe ser el médico quién los mencione y recete cuando sea necesario.

    De todas formas, después tenemos por otro lado a los representantes farmaceúticos que se gastan un dineral en regalitos y regalazos para que los médicos receten de sus marcas y es algo que también me parece mal. Lo primero es la salud del paciente y después el bolsillo de cada uno. Si yo receto un fármaco lo recetaré porque me parece que es lo mejor para el paciente, no porque alguien me haya regalado cosas para hacerlo.

  15. Retomando el párrafo de Shora: «Ahora bien, si se receta un placebo a un paciente exigente y éste más tarde denuncia porque el tratamiento era una estafa, la denuncia sí que puede seguir perfectamente adelante y el médico ser recriminado por ello.»
    El asunto legal es curioso. A un médico se le puede intentar procesar principalmente por dos vías:
    – Vía civil: hay que demostrar un daño al paciente. Si no hay daño, no hay caso, aunque lo que se haga esté moralmente mal. Por ejemplo, un error sanitario del que no se deriven daños, no es punible por esta vía. Los placebos no suelen tener efectos secundarios. El posible «daño psicológico» derivado de la falta de efectividad del tratamiento es muy difícil de demostrar. Tendría que demostrarse que el médico afirmase, sin ningún género de dudas (vamos, por escrito), que ese tratamiento seguro que le iba a curar. Un médico nunca puede asegurar un 100% de éxitos en los tratamientos que funcionan, y mucho menos en los placebos.
    – Vía penal: El acto médico tiene que estar tipificado explícitamente en el código penal, como una mala práxis o negligencia que haya puesto en peligro la salud del paciente. Si el placebo retrasa un tratamiento «de verdad», podría ser mala praxis. Pero si no hay tratamiento posible, no constituiría mala praxis. Si el tratamiento aportara un lucro al médico podría aducirse un delito de estafa, pero si no hay beneficio económico, tampoco se le puede «pillar» por ahí.
    En conclusión, la ley está muy concentrada en proteger legalmente la salud del paciente. Una actuación médica incorrecta pero que no ponga en peligro la salud, es difícil de sancionarse legalmente. En estos casos sí que actúa la Organización Médica Colegial, pero su capacidad de afectar al médico es muy limitada.

    Insisto que no soy un defensor de placebos, ni mucho menos, de hecho soy de la rama «dura» de la medicina basada en la evidencia. Pero ya he dejado atrás la división de médicos «buenos» y «malos», y la presión a la que se somete al facultativo es cada vez mayor.

  16. Saludos a todos.
    Sólo quería comentar un par de cosillas que nos dijo un odiado profesor de derma (para una vez que tenía razón…): «Si hubiera algo que impidiera la caída del cabello… de verdad creéis que habría dermatólogos calvos???» (y calvo el tio era un rato…)
    Lo mismo se puede aplicar a las cremas antiarrugas: la única «loción de belleza» que existe es la crema de protección solar, y ni siquiera todas, la gran mayoría no sirven para nada.

  17. Pues yo uso prop… digo fenasteride y si lo he notado. Siendo objetivo y haciéndome fotos. Son dos años en que no se me cae más pelo, o mejor dicho el que se me cae no sale más fino.

    Fui a varios dermatólogos uno me dijo que no había nada, el otro me mandaba tomar vitaminas y otro me receto minoxidil… Decidí indagar un poquito por mi cuenta y di con la famosa pildorita. Leí los posibles, y digo posibles efectos secundarios, la posibilidad de padecerlos y el que si por desgracia caes en ese pequeño porcentaje, esos efectos desaparecen según dejes de tomarla. La decisión fue obvia, por probar no pasa nada. Y me funciona. Otra cosa es que haya gente que no se informe o sea poco objetiva.

    Otra cosa muy distinta es dudasteride que por lo visto aunque sea más eficaz si tiene unos efectos secundarios bastante peores y más probables de padecer.

  18. pichu:

    ¿Te recetaron vitaminas contra la calvicie? Juas xD
    Menos mal que que indagaste por tu cuenta, porque las vitaminas no hubieran hecho nada (si acaso el efecto placebo). Me preguntó si el médico te las recetó en serio o lo hizo para desquitarse de alguna forma.

  19. quiero saber si en es veridico que esta medicina milagrosa a base de ortiga y plantas que usaban los mapuches antiguamente, se encuentra el remedio milagroso contra la alopecia(calvicie) y la alopecia areata que es algo que ni los medicos saben el porque comienza, solo dicen que es etreno y que se debe usar peluquin. Pero yo probé con mi hijo de 6 años un agua hervida y fria de un palito que me vendió un YERBATERO DE SANTIAGO DE CHILE y la caida del pelo se terminó en dos dias y el niño que ya habia perdido la parte de cabello de su frente y sien derecha comenzó a tener su crecimiento de pelo como cuando los hombres recién llevan 2 o 4 dias sin rasurarse, muy eficaz el remedio pero ya no recuerdo como se llamaba, han pasado casi 20 años! Pero que es eficaz lo natural y oir consejos de ancianos es acercarse a la solución a este flagelo mundial de la alopecia.

  20. Hombre, cuando se empieza a caer el pelo, es normal preocuparse y pensar «¿Por qué a mí? Si soy tan guapo…» De ahí a comprar tratamientos (pero, ojo, no cualquiera) hay un paso.

    A mí me preocupaba hasta que mi dermatólogo me hizo saber:
    a) Que se podía evitar la caída del pelo… pero con tratamiento continuo, dos veces al día de aplicación tópica y unas pastillas (no recuerdo nombres).
    b) Que en cuanto dejase de usarlos, el pelo caería a la carrera.
    c) El precio de dichos productos.

    Me dí cuenta que había cosas más importantes…
    Recuerdo que el dermatólogo me examinó el pelo, miró a mi padre (que me acompañaba) y preguntó:
    -¿Ese señor es tu padre?
    (Yo): Sí…

    Y ahí acabó el exámen. La verdad es que me convenció por completo. Cogió un oso que ejercía de pisapapeles en su escritorio y dijo algo así: «Mira, yo te podría decir que si te pasas este oso por la cabeza te detendrá la caída del pelo. Como dentro de 6 meses aún tendrás bastante pelo, durante un tiempo creerás que es cierto. Así que podrías llegar a comprar tres o más osos».

    Un buen médico, sí señor.

    PD: Mola descubrir viejos temas del blog.

  21. Patricia Santibañez:

    A parte de que no hay ninguna evidencia científica de que esas hierbas funcionen (más bien dan «dudosas» explicaciones mágicas) si realmente funcionaran, ¿no crees que las farmaceúticas se darían de tortas para comercializarlo?

    Nada, otro producto «milagro» más.

    Delirium:

    Pues sí, un buen médico. Te contó las cosas como son y no las que te hubiera gustado oir para sacarte dinero. Que a algunos se les olvida que estamos para curar no para vender, no somos vendedores.

    «unas pastillas (no recuerdo nombres)»

    posiblemente el Propecia xD

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