Colaboración con eldiario.es.
La necesidad de mantener a temperaturas excepcionalmente bajas la vacuna creada por Pfizer y BioNTech supone una clara desventaja frente a los sueros de la competencia, ya que se trata de una peculiaridad sin precedentes. Con todo, el mediático suero se ha convertido en la gran esperanza contra la COVID-19 ya que, según la empresa, ofrece un 90% de efectividad.
A diferencia de las otras vacunas en fases más adelantadas de investigación contra el coronavirus, el producto de Pfizer y BioNTech precisa temperaturas de entre -70 ºC y -80 ºC para su almacenaje y distribución durante un tiempo máximo de seis meses. Según el portavoz de Pfizer, Kim Bencker, esta vacuna puede mantenerse solo 5 días a temperaturas de entre 2 y 8 ºC. Ninguna vacuna ni tratamiento comercializado hasta ahora requiere temperaturas tan bajas para su preservación a medio plazo. De hecho, cuando este detalle se hizo público por primera vez, hace meses, la empresa farmacéutica tuvo una importante caída en bolsa. Sin embargo, al aparecer el anuncio sobre su posible eficacia, las acciones se dispararon. Una vacuna con esta característica requiere por parte de los estados que quieran aplicarla a su población una inversión adicional e importante en su logística y distribución.
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