Colaboración con eldiario.es.
“Un fármaco frena el deterioro cognitivo del alzhéimer en un gran ensayo clínico”, “Con el nuevo fármaco para el alzhéimer las reglas del juego en esta enfermedad cambian”, “El fármaco experimental lecanemab reduce la progresión del alzhéimer temprano en un 27%”. Todos estos titulares proceden de grandes medios de comunicación y se refieren a los resultados de un ensayo clínico en el que se evaluó la eficacia de un anticuerpo (el lecanemab) contra la proteína beta amiloide; molécula que se cree que está involucrada en el desarrollo del alzhéimer. Hasta ahí nada fuera de lo normal, cada día se publican miles y miles de noticias a lo largo del mundo sobre las últimas novedades de la ciencia.
Sin embargo, ¿dónde está el artículo científico, publicado en una revista médica, al que se refieren las citadas noticias? No te molestes en buscarlo en ningún lugar, porque dicho artículo aún no existe. La fuente de la noticia es una nota de prensa difundida por las propias farmacéuticas responsables del medicamento, Biogen y Eisai. Los resultados de lecanemab ni siquiera han sido revisados todavía por ninguna agencia del medicamento, un procedimiento imprescindible para que este se pueda autorizar y llegue al mercado. De hecho, no se espera hasta comienzos de 2023 que estas empresas soliciten a las autoridades reguladoras la aprobación del fármaco en Estados Unidos, Japón y Europa.
¿Por qué publicar una nota de prensa cuando el futuro del fármaco es aún dudoso y no hay un artículo científico que médicos e investigadores puedan valorar? Por razones económicas: tras el anuncio mundial de su “éxito” en el ensayo clínico, Biogen y Eisai se han disparado en bolsa al desatar el optimismo entre los inversores. Objetivo conseguido.
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