Colaboración con eldiario.es:
Teresa Jordà, consejera de Agricultura de Catalunya, saltó a la actualidad hace una semana por una controvertida frase emitida en la radio que, se supone, pretendía respaldar la aprobación de la venta directa de leche cruda al consumidor en dicha comunidad autónoma: «Beber leche cruda es tan seguro como comer un muslo de pollo que lleva 4 semanas en la nevera». Dicha afirmación se sumaba así a la polémica surgida anteriormente en Twitter en donde aparece Jordà en una fotografía consumiendo leche cruda (sin hervir) y diciendo «El valor biológico y gustativo de la leche cruda de vaca es espectacular».
Con la desafortunada frase del muslo del pollo, intuimos que la política catalana quería defender sus declaraciones anteriores. Sin embargo, lo que realmente se ha producido es lo que los alemanes definen como « Verschlimmbessern». En otras palabras, con la noble intención de solucionar o mejorar algo, lo que se consigue es empeorarlo más todavía. Es de imaginar, pues, que Jordà nunca ha llegado a experimentar lo que ocurre cuando se deja un muslo de pollo durante 4 semanas en la nevera. De hecho, la recomendación general sobre la conservación de dicha carne establece un máximo de 2-3 días en la nevera, según si se encuentra o no envasada.Al alargar dicha conservación hasta las 4 semanas no sólo se produce una degradación importante de la carne, también hay un riesgo muy elevado de crecimiento de microorganismos y no estaría, para nada, aconsejado su consumo.
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