Colaboración con El País:
Dispositivos de tomografías por emisión de positrones, secuenciadores masivos de ADN, robots cirujanos, gafas de realidad virtual para cirujanos, ecógrafos de bolsillo… La progresiva tecnificación de la medicina, especialmente en los hospitales, con aparatos cada vez más complejos y avanzados, es innegable. Pareciera que para dar cualquier paso en un diagnóstico o tratamiento tuviéramos que recurrir obligatoriamente a un artilugio de alta tecnología. Sin embargo, no siempre fue así o, mejor dicho, casi nunca fue así. La historia de la medicina es casi tan antigua como el hombre y el uso de complicados cachivaches por profesionales sanitarios es un fenómeno relativamente reciente en el tiempo.
En el pasado, los médicos tenían que conformarse con lo poco que había para diagnosticar y tratar a sus pacientes y ello fomentó prácticas muy originales. Al fin y cabo, la necesidad es la madre del ingenio. Incluso hoy en día, en zonas rurales remotas o en países pobres, la medicina se ejerce con lo más básico y la alta tecnología brilla por su ausencia. En estos casos, el ingenio para conseguir lo máximo a partir de lo más sencillo se convierte en imprescindible. Así, ¿si la tecnología es demasiado cara para emplearla en medicina, por qué no recurrir a la naturaleza?
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La evidencia científica debe ser uno de los pilares de la práctica de cualquiera de los profesionales de la Salud
Mucha tecnología sin el soporte de un profesional muy bien preparado y actualizado no es muy útil
La tecnología está para ayudarnos a ampliar un poco más nuestra capacidad de diagnóstico y tratamiento, no para suplantarlos
Saludos desde Caracas
Totalmente de acuerdo. La tecnología, con conocimientos y sentido común detrás , está para reforzar las habilidades del médico. Y sin ellos , puede ser incluso contraproducente.