Luz azul: peligro imaginario, negocio lucrativo

Colaboración con Mètode.

Luz azul

La luz azul se ha convertido en la oveja negra de la luz visible por puros intereses económi­cos. Alrededor de este color, demonizado hasta el extremo, han florecido diferentes negocios en los últimos años que prometen librarnos de sus terribles peligros: daños en la retina y en la mácula, trastornos del sueño, envejecimiento de la piel, ojo seco, catara­tas prematuras, aumento del deseo de azúcar, fatiga visual… Un ejemplo de libro de marketing basado en necesidades inventadas: me invento un peligro, te persuado de que existe y de por qué debería preocu­parte y, a continuación, te vendo mi solución.

Entre el surtido de productos que las empresas ofrecen para protegernos de la luz azul podemos encontrar filtros para gafas y para pantallas de móvi­les, tablets y ordenadores; aplicaciones para limitar la luz azul e, incluso, protectores solares y cremas antienvejecimiento. El alarmismo es el motor impres­cindible para potenciar las ventas de estos artículos, aunque sea mediante medias verdades a partir de estudios científicos o directamente a base de mentiras. Este es un ejemplo real de un anuncio difundido por Internet para sembrar el miedo:

—Juan perdió el ojo por el desprendimiento de retina…

—¡Qué locura! ¿De repente?

—Cinco minutos antes veía muy bien, esto no avisa…. Cuidado, un 10 % de quienes lo sufren no se recuperan.

—¡Pero si es superjoven!

—Cuarenta años. Los casos han crecido un 1.000 %.

—¡Uf, menos mal que usamos [X marca de filtro de luz azul]!

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