Colaboración con eldiario.es.
Los primeros test rápidos para el diagnóstico confirmatorio de COVID-19, anunciados por el Ministerio de Sanidad, llevan días distribuyéndose por toda España. El Gobierno había cerrado previamente la compra total de más de 6 millones de estos tests, procedentes de China, Corea del Sur y de países europeos, y se espera que se vayan distribuyendo progresivamente por el país. Los hospitales y residencias de ancianos han sido los primeros en recibirlos para que se detecten cuanto antes los casos positivos y se evite la transmisión del virus a partir de personas infectadas por el coronavirus.
Durante esta semana, los tests se extenderán a las personas sospechosas de COVID-19 con síntomas leves que permanecen bajo control en el domicilio y que, hasta ahora, estaban fuera de los criterios para la realización de pruebas, por la falta de recursos. Sanidad busca conocer la verdadera dimensión de la actual epidemia con el fin de plantear nuevas estrategias para las siguientes fases.
Los tests de coronavirus resultan imprescindibles para el control de la pandemia, como ha insistido en numerosas ocasiones la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas pruebas permiten confirmar la presencia de un virus que, de otra forma, sería totalmente invisible para nosotros salvo por sus manifestaciones clínicas, en muchos casos muy similares a gripes y resfriados. Sin estos tests, estaríamos ciegos frente al virus y la implantación de medidas efectivas y certeras para detener su propagación sería extremadamente difícil.
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