Colaboración con eldiario.es:
Las pseudoterapias (mal llamadas medicinas alternativas, pues no son una alternativa real a la medicina) han proliferado en las últimas décadas en España gracias a la desinformación generalizada de sus usuarios. Hace apenas unos meses, el barómetro del CIS ilustraba por primera vez el gran cacao mental sobre las pseudoterapias que tienen los españoles y la notable tolerancia hacia ellas. Sin embargo, el escaso conocimiento y pensamiento crítico de una parte de la población en esta materia es sólo una de las razones tras este fenómeno. La tibieza y permisividad generalizada de los colectivos sanitarios (principalmente de médicos y farmacéuticos), de las asociaciones de pacientes, de los periodistas y los políticos han sido también muy culpables del florecimiento de las pseudoterapias durante décadas.
Años atrás, el asunto de las pseudoterapias solía tratarse con la típica equidistancia periodística, dando el mismo valor a las declaraciones de los practicantes de las pseudoterapias que a las pruebas científicas en contra de éstas, ya fuera en medios grandes o pequeños. Por ejemplo, hace tan sólo 8 años, El País publicó un famoso reportaje sobre la homeopatía con la neutralidad propia de aquella época en este asunto. En el peor de los casos, multitud de medios de comunicación trataban a las pseudoterapias como una opción terapéutica más.
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