El lado oscuro de las guías médicas: sin evidencia científica y con conflictos de interés

Colaboración con Hipertextual.

Documentos médicos

La medicina está en constante evolución. Cada año, surgen nuevos tratamientos y métodos diagnósticos y se publican novedosos resultados de  miles de ensayos clínicos que nos arrojan más conocimientos sobre cómo actuar mejor contra las enfermedades. Este volumen de información médica ha crecido a un ritmo casi exponencial en las últimas décadas y es imposible que un profesional médico sea capaz de manejar, por sí solo, tal avalancha de datos. Sencillamente, no hay tiempo para poder leer todo lo que se publica, aunque los médicos dedicaran toda su vida exclusivamente a dicha tarea.

¿Cómo se actualizan entonces los médicos ante tal gigantesca cantidad de datos? Para tal fin, existen expertos en especialidades o subespecialidades concretas (cardiología, reumatología, oftalmología, farmacología…) y también para determinadas enfermedades (artrosis, estrabismo, ictus…) que resumen y difunden sus conocimientos y experiencia al resto de sus colegas. Normalmente, son médicos de dilatada experiencia clínica y/o investigadora en un área en particular y con prestigio profesional. La transmisión de los conocimientos de estos expertos puede realizarse a través de vías muy variadas como son congresos,  cursos, charlas, boletines o guías clínicas.

 

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