Hemos subestimado el timo: de órgano ‘prescindible’ a tener consecuencias perjudiciales si se extirpa

Colaboración con eldiario.es.

Quirófano

El cuerpo humano dista de ser una máquina perfecta, aunque sea extremadamente compleja. Así, podemos encontrar elementos en su interior que no tienen ninguna función conocida o su posible utilidad es bastante discutible. Un ejemplo de ello son los músculos que pueden mover las orejas, su capacidad para moverlas es tan reducida que no supone ninguna mejora en la audición. Su única ventaja es añadir una curiosidad divertida en un evento social al mostrar a los demás la habilidad para mover las orejas (en teoría, todos podemos hacerlo). Otro componente sin ninguna utilidad conocida es el órgano vomeronasal. En muchas especies animales este órgano detecta feromonas, pero en el ser humano nunca se ha demostrado esta funcionalidad.

Algunos componentes del cuerpo humano no solo parecen ser inútiles, sino que provocan más daños que beneficios. En este grupo encontramos a las muelas del juicio y al apéndice. Son vestigios evolutivos que causan diversos problemas de salud. En el caso de las muelas del juicio, generan dolor e inflamación al tratar de emerger cuando no hay hueco para ellas. En cuanto al apéndice, existe un 7% de probabilidades de sufrir apendicitis a lo largo de la vida, desencadenada por infección bacteriana, torsión u obstrucción. En los casos más graves, el apéndice puede perforarse y causar un cuadro muy grave llamado peritonitis, con un riesgo elevado de muerte.

Durante mucho tiempo, se ha pensado que el timo en los adultos era otro elemento inútil más. Desde el desarrollo fetal hasta la adolescencia, esta glándula posee una función esencial en el desarrollo del sistema inmunitario. En concreto, el timo –localizado detrás del esternón y delante del corazón– se encarga de la producción y maduración de los linfocitos T, que forman parte de la respuesta celular del sistema inmunitario adaptativo. Además, en este lugar se eliminan a los linfocitos que atacan a moléculas propias del cuerpo humano.

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