La historia del «colesterol bueno y malo» es mucho más compleja de lo que nos habían contado

Colaboración con Hipertextual.

Hamburguesa
Foto por amirali mirhashemian en Unsplash.

Las enfermedades cardiovasculares destacan como la primera causa de muerte en el mundo. Y la historia del «colesterol bueno y malo», como se les conoce popularmente, influye considerablemente. Según los últimos datos de la Asociación Americana del Corazón, alrededor de 18,6 millones de personas fallecieron en 2019 por estas dolencias, entre las que encontramos los infartos al corazón y los ictus. Solo en España, se registran cada año más de 120.000 muertes por esta causa.

El principal responsable de la gran mayoría de los casos de enfermedades cardiovasculares es la aterosclerosis: la lenta y progresiva acumulación de colesterol y otros lípidos, junto a células espumosas y otras moléculas, en la pared de los vasos sanguíneos que terminan bloqueando el flujo de sangre. En las etapas más avanzadas, se produce el desarrollo trombos (coágulos sanguíneos). Cuando el bloqueo del vaso es lo suficientemente grave, los tejidos que dejan de recibir suficiente irrigación sanguínea para nutrirse mueren.

Aunque la aterosclerosis sea un mecanismo patológico muy frecuente, causante de un número elevado de muertes, se desconocen muchos detalles sobre cómo se origina. Es un proceso muy complejo en el que están implicados multitud de factores como el sistema inmunitario, el funcionamiento de la pared de los vasos sanguíneos, la acción de los radicales libres, el metabolismo de los lípidos, la inflamación, las condiciones hemodinámicas…  Aún hoy, siguen faltando muchas piezas para entender el puzzle de la aterosclerosis.

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