Colaboración con Investigación y Ciencia.
Los múltiples efectos asociados a la resaca (cuyo término médico es veisalgia) son bien conocidos por la población general: dolor de cabeza y muscular, malestar general, náuseas, fatiga, irritabilidad, mareos, especial sensibilidad al ruido y a la luz… Estos síntomas que aparecen tras un episodio de consumo excesivo de alcohol, cuando el nivel de esta molécula en sangre se acerca a cero, provocan con frecuencia absentismo laboral y estudiantil. Además, en diversos países, como Estados Unidos, la resaca tiene un gran impacto en la productividad económica.
A pesar de lo cotidiano que resulta la veisalgia, no se conocen completamente todos los mecanismos que están involucrados. Este trastorno es complejo y son muchos los factores detrás: deshidratación, presencia de metabolitos tóxicos por la transformación del alcohol en el cuerpo, alteración del sistema inmunitario, inflamación del tracto gastrointestinal, bajos niveles de glucosa en sangre, cambios hormonales…
La gran incapacidad temporal que provoca la resaca en las personas que la sufren lleva a una acuciante necesidad de un remedio para tratarla. Para satisfacer esta demanda, que se acentúa en festividades como Nochevieja, múltiples empresas comercializan productos que se publicitan como «curas» contra la resaca o efectivos contra ella. Sin embargo, la evaluación científica sistemática de este tipo de productos brilla por su ausencia. Por esta razón, investigadores de la Universidad King’s College de Londres y de la Fundación Trust NHS Maudsley (Reino Unido) decidieron realizar una revisión sobre el conjunto de ensayos clínicos que estudiaban la efectividad y la tolerabilidad de diversos remedios contra la resaca. Sus resultados se han publicado recientemente en la revista Addiction.
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