Más allá de la simulación de Matrix: el poder de ver sin usar los ojos en la vida real

Colaboración con Hipertextual.

Neo Matrix

En Matrix (ver en HBO Max), cuando Neo sale de la simulación tras tomar la píldora roja se encuentra en un lugar muy diferente de la ilusión que había vivido hasta ahora. El protagonista debe someterse a una larga fase de recuperación y entrenamiento para poder moverse con normalidad en el mundo real debido a la atrofia de sus músculos. Durante esta etapa, Neo pregunta: «¿Por qué me duelen los ojos?», a lo que Morfeo responde: «Nunca los habías usado antes». El poder ver no solo era metafórico, era algo real. Físico.

Durante toda su vida, antes de salir de Matrix, el protagonista había estado inmerso en una simulación informática mediante la conexión de un complejo dispositivo con su sistema nervioso. Jamás había usado sus ojos para ver esta simulación pues su visión se generaba mediante la estimulación eléctrica directa de su corteza visual. En otras palabras, todas las imágenes que Neo veía en Matrix no eran las que llegaban a través de sus ojos, sino a través de un sistema informático.

Esta escena de la película Matrix, estrenada en 1999, da pie a una pregunta en la que se entremezcla la filosofía y la medicina: ¿qué consideramos real en nuestra visión? ¿Las imágenes que llegan a través de los ojos, las que recibe directamente el cerebro o ambas? Para complicar aún más el asunto, es importante tener en cuenta que ni tan siquiera los colores existen como tales, sino que son percepciones visuales totalmente subjetivas que pueden variar de una persona a otra, más allá del daltonismo, y ser radicalmente diferentes entre distintas especies.

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