Nuestra mente juega en contra para enfrentarse a los ‘deepfakes’

Colaboración con eldiario.es.

Película 1984

A finales de 2017, el usuario Deepfakes publicó en la red social Reddit los resultados de un programa de inteligencia artificial que reemplazaba, de forma realista, los rostros de unas personas por otras. No era la primera vez que se hacía. Anteriormente, películas como Rogue One: una historia de Star Wars ya habían usado técnicas similares para mostrar la cara de una joven Carrie Fisher en otra actriz que interpretaba a la princesa Leia.

La diferencia es que Deepfakes desarrolló y empleó un software para implantar las caras de actrices famosas como Gal Gadot y Daisy Ridley sobre actrices de pornografía, creando vídeos sexuales en los que, aparentemente, estas celebridades participaban. Su ocurrencia popularizó unas herramientas accesibles para prácticamente cualquiera con una conexión a Internet, mínimos conocimientos informáticos y un ordenador sin grandes prestaciones. Manipular un vídeo para suplantar personas nunca había sido tan fácil, ni tan realista. El popular vídeo del falso Barack Obama ya nos mostraba en 2018 lo que eran capaces de hacer programas basados en inteligencia artificial, entrenados para sustituir caras.

 

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