Colaboración con Investigación y Ciencia.
De entre todos los sentidos que utiliza el ser humano para relacionarse con el mundo, la vista tiene un lugar destacado. Más allá del oído y el tacto, la visión se considera el sentido más importante por personas de muy diferentes culturas y esto se refleja, a su vez, en infinidad de elementos de las sociedades humanas que giran en torno a la estética. La pérdida total de la vista supone, así, una desconexión sustancial de parte de ese mundo y una dificultad añadida en la vida diaria.
Desde tiempos remotos, la humanidad ha soñado con recuperar este preciado sentido en las personas ciegas… sin éxito. La carrera de fondo para conseguir este ambicioso objetivo ha estado repleta de fracasos a lo largo de la historia, más allá de la ficción. Sin embargo, en el último siglo, diferentes innovaciones científicas han permitido avanzar hacia este fin: trasplantes de córneas, retinas artificiales, células madre, optogenética, estimulación magnética transcraneal…
Recientemente, un equipo internacional de científicos ha mostrado el potencial de una nueva herramienta en este campo de investigación: un sistema formado por un implante cerebral con microelectrodos combinado con unas gafas que funcionan como una retina artificial. Los resultados del estudio clínico piloto, publicados en la revista The Journal of Clinical Investigation, muestran la evolución de la visión de Bernadeta Gómez, ciega desde hace 16 años, durante seis meses de entrenamiento y uso de dicha tecnología.
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