Cuando los médicos lloran

Colaboración con eldiario.es.

Paciente en cama

¿Deberían los médicos expresar sus sentimientos de tristeza durante el trabajo o debería considerarse una falta de profesionalidad? Esta cuestión no es, ni mucho menos, irrelevante. Los doctores se enfrentan con frecuencia a situaciones dramáticas en las que sus pacientes mueren o sufren enfermedades graves y terminales. Como seres humanos, las emociones que afloran en la interacción con los pacientes pueden afectar también a los facultativos y es normal que se pregunten si es correcto mostrar sus sentimientos en momentos críticos.

Aunque la humanidad y la empatía son elementos clave de la medicina, llorar en el trabajo (especialmente frente al paciente) puede ser visto como una señal de debilidad o incompetencia cuando, en su lugar, se supone que los facultativos deberían mostrarse bajo control, fuertes y seguros de sí mismos. La realidad, sin embargo, es que muchos médicos lloran en su trabajo. De hecho, la mayoría lo ha hecho alguna vez. Las razones más comunes para el llanto son la compasión por un paciente moribundo, sentirse identificado o impotente ante la situación de un paciente o estar saturado por el estrés y las emociones.

 

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