Colaboración con Investigación y Ciencia.
Durante décadas, se había asumido que la ingesta moderada de bebidas alcohólicas podía ser saludable. Así, en el imaginario colectivo estaba presente la idea de que el vino era bueno para el corazón. Un pensamiento que también estaba presente en el colectivo médico. Múltiples estudios observacionales habían detectado que aquellas personas que consumían alcohol en dosis limitadas sufrían menos enfermedades cardiovasculares que aquellas personas que eran abstemias. Para explicar este fenómeno se propusieron diversas hipótesis como que ciertas moléculas antioxidantes presentes en el vino, como el resveratrol, podían ser responsables de este aparente beneficio para la salud.
Sin embargo, estos estudios observacionales contaban con importantes limitaciones por su propio diseño. Por ejemplo, estas investigaciones solo pueden mostrar asociaciones o correlaciones entre dos fenómenos (en este caso, consumo de alcohol e incidencia de enfermedades cardiovasculares), pero no permiten conocer causalidad. Es decir, no son capaces de aclarar si un consumo moderado de alcohol es beneficioso para la salud cardiovascular.
En los últimos años, han aparecido varios estudios científicos que rebaten la idea de que consumir alcohol con moderación sea beneficioso para la salud. Estas investigaciones han encontrado una mayor frecuencia de cáncer y de ciertas enfermedades cardiovasculares entre los bebedores moderados. Un nuevo estudio, que se publica en la revista JAMA Network Open, vuelve a poner en entredicho que el consumo de alcohol pueda ser saludable, independientemente del nivel de consumo.
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