Las células de los astronautas sufren múltiples alteraciones en el espacio exterior

Colaboración con Investigación y Ciencia.

Mitocondrias

La aventura espacial de la humanidad hacia otros planetas y satélites presenta grandes retos que superar. Desafíos tecnológicos tales como el desarrollo de sistemas de propulsión veloces y seguros, que permitan recorrer grandes distancias en el espacio exterior, son los más evidentes, pero no los únicos. Las condiciones particulares del espacio, en especial la microgravedad y las radiaciones cósmicas, suponen un riesgo añadido para la supervivencia de los seres humanos más allá de la Tierra.

Entre los diversos efectos que la vida en el espacio exterior provoca en los astronautas destacan la descalcificación de los huesos, la alteración del sueño y de los ritmos circadianos, la pérdida de visión, el aumento de la temperatura corporal, la atrofia de los músculos, las alteraciones del sistema inmunitario y el incremento de riesgo de cáncer. Sin embargo, el conocimiento científico sobre el modo en que las condiciones del espacio afectan al cuerpo humano a nivel celular, así como sus consecuencias para la salud a largo plazo, es aún muy limitado.

Ahora, la NASA, junto a otras instituciones como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Agencia Espacial Europea (ESA), publica, en revistas del grupo CellPress, los resultados de un conjunto de estudios que suponen, hasta la fecha, la mayor investigación sobre los efectos de los viajes espaciales en el cuerpo humano. La sección especial titulada «La biología del viaje espacial» recoge los 30 artículos publicados a raíz de esta colaboración en la que han participado 200 científicos de todo el mundo.

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