Más allá del jamón: cerdos modificados genéticamente para ser nuestros donantes de tejidos y órganos

Colaboración con Hipertextual.

Cerdo

Desde el Neolítico, el ser humano ha ejercido una enorme influencia sobre los animales domésticos a su alrededor. A través de la selección de ciertos rasgos, marcada durante casi toda la historia por el método prueba y error y la ignorancia sobre el papel de los genes, los animales de granja y los de compañía han experimentado cambios drásticos durante un proceso de miles de años.

Vacas frisonas que producen la espectacular cantidad de 20 litros de leche al día, gallinas que ponen un huevo al día, razas de ovejas que generan entre 4 y 5 kilos de lana al año... Estas características difícilmente hubieran aparecido por azar en la naturaleza, pues no suponen, a priori, una ventaja para adaptarse al ambiente, sino todo lo contrario. Fue la selección artificial por parte del ser humano la que provocó la expansión de ciertos animales con rasgos más deseables para nosotros a lo largo de milenios.

Al margen de los animales domésticos que conocemos en nuestra vida diaria y que son fácilmente visibles, se están creando  animales en los laboratorios que son aún desconocidos por la mayor parte de la sociedad. En este ámbito, destacan los cerdos generados mediante modificación genética con un fin mucho más ambicioso que obtener deliciosos jamones, chorizos o chuletas: ser potenciales donantes de tejidos y órganos para el ser humano. En la actualidad, ya existen cerdos con decenas de modificaciones genéticas diferentes e incluso cerdos transgénicos para tal fin.

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