Colaboración con eldiario.es:
Grillos, gusanos, saltamontes, escorpiones… Son sólo algunos de los insectos (y arácnidos) a la venta para consumo humano en España que pueden encontrarse fácilmente tanto en algunos grandes supermercados como en varias tiendas por Internet. La irrupción de estos nuevos y peculiares alimentos en nuestra cultura gastronómica, junto con la proliferación de múltiples granjas de insectos en España, ha sido fomentada por la nueva normativa que la Unión Europea (UE) implantó desde comienzos del 2018. Así, con el Reglamento 2215/2283 , se daba luz verde a considerar a los insectos como «nuevos alimentos» en territorio europeo.
A primera vista, podría parecer que este reglamento europeo respaldaba legalmente la comercialización en España de insectos comestibles para las personas. Nada más lejos de la realidad. Cuando se profundiza en los detalles de dicho reglamento, la conclusión es obvia: los insectos han entrado en el súper como elefantes en una cacharrería.
Miguel A. Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autor del blog Gominolas de petróleo, aclara la nueva normativa de la UE en este asunto: «Lo que ocurrió el 1 de enero es que los insectos comenzaron a considerarse «nuevos alimentos», pero eso no significa que puedan comercializarse. Para ello, debe evaluarse cada uno de ellos por separado para conocer su seguridad. Si se concluye que un determinado insecto es seguro, se aprueba y se da a conocer en un listado de nuevos alimentos».
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